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Ayer no llovió por aquí, después de cuatro días de intensa, pero beneficiosa lluvia. La tierra se ha empapado y los ríos han aumentado su caudal poco a poco hasta conseguir llenar su cauce sin hacer daño. Ha sido una bendición de Dios.
Ahora de mañana me viene una historia que me pasó tiempo atrás y os la quiero contar. Había salido de casa a recoger dinero para hacer un pago importante y estaba nublado. Yo había salido de casa sin paraguas y al empezar a caer alguna gota, pensé en comprarme uno y camino del Corte Inglés, me iba mirando precios para tener una referencia. No me gusta que los empleados de las pequeñas tiendas vengan a convencerme del producto que venden y en estas tiendas tienes mucha más libertad de mirar lo que te gusta o no. Total que entré y cerca de la puerta había un paragüero lleno de paraguas y como estaban secos todavía pensé que estaban de exposición y venta al público. Total que empecé a desplegarlos a ver cual que gustaba y en esto vino una mujer que se marchaba, a recoger su paraguas y vio lo que yo estaba haciendo. Pensó que yo era un aprovechado y me recriminó la acción, haciendo gestos para avisar algún empleado para que me detuvieran. Yo le expliqué mi situación y no estaba muy convencida hasta que le dije: Mire señora, creo que Ud. misma podrá deducir si yo quería robar un paraguas o comprarlo. Me eche mano al bolsillo y le enseñé medio millón de pesetas que llevaba en un fajo de dinero que había sacado del Banco hacía unos minutos. Me pidió perdón y aquí quedó todo.
Muy buenos días y un abrazo.
Ahora de mañana me viene una historia que me pasó tiempo atrás y os la quiero contar. Había salido de casa a recoger dinero para hacer un pago importante y estaba nublado. Yo había salido de casa sin paraguas y al empezar a caer alguna gota, pensé en comprarme uno y camino del Corte Inglés, me iba mirando precios para tener una referencia. No me gusta que los empleados de las pequeñas tiendas vengan a convencerme del producto que venden y en estas tiendas tienes mucha más libertad de mirar lo que te gusta o no. Total que entré y cerca de la puerta había un paragüero lleno de paraguas y como estaban secos todavía pensé que estaban de exposición y venta al público. Total que empecé a desplegarlos a ver cual que gustaba y en esto vino una mujer que se marchaba, a recoger su paraguas y vio lo que yo estaba haciendo. Pensó que yo era un aprovechado y me recriminó la acción, haciendo gestos para avisar algún empleado para que me detuvieran. Yo le expliqué mi situación y no estaba muy convencida hasta que le dije: Mire señora, creo que Ud. misma podrá deducir si yo quería robar un paraguas o comprarlo. Me eche mano al bolsillo y le enseñé medio millón de pesetas que llevaba en un fajo de dinero que había sacado del Banco hacía unos minutos. Me pidió perdón y aquí quedó todo.
Muy buenos días y un abrazo.