A Mª Eugenia con cariño y en recuerdo de la tia Fausta.
Los molinos de mi pueblo
No son dos, ni tres… son cinco
Los molinos de mi pueblo
Que trabajan por la noche
Con la luna y los luceros
Pues muchos días les falta
Aquel líquido elemento
Fuerza motriz de turbinas
Que del Algadir, viniendo
Llenará cubos o embalses
Tan hondos, que se ven negros
Y que de niños pequeños,
Al verlos, nos daban miedo.
Con el sol, el agua pura
Marchaba a regar los huertos
En primavera y verano
Que es cuando estaban sedientos.
Dieron faena y trabajo
A unos cuantos molineros
Que alimentan sus familias
Aun no teniendo graneros
Ya que el agosto lo tienen
En su molino harinero
De cebada, avena y trigo
Y cómo no, de centeno
Pues ellos cobran maquila
(Que también eso es dinero)
De la harina que se quedan
Al moler, entre los dedos
De aquella piedra que rueda
Con un agujero en medio
Por donde se esconde el grano
Que de la tolva, cayendo
Se convertirá en harina
Pasando por el tormento
De las muelas, de dos rocas
Que tendrán un hambre eterno
Pues poco a poco se tragan
Las cosechas de los pueblos
Que bajan en las talegas
De lo alto del granero
Y que a lomos del caballo,
Con alegre tintineo
Del collar de cascabeles
Que lleva colgado, al cuello,
Avisará a los vecinos
Pregonando a cuatro vientos,
Que ramal al hombro, pasa
Por la calle……. ¡el molinero!
¿De qué molino será?
Quizá, el que pase primero
Se llevará los costales
Colgados de su jumento
Si bien la gente ya tiene
Escogido el molinero
Como lo hacía su padre
Tal como hiciera, el abuelo.
Pudiere ser…. a la vega
Que es el molino más lejos
O Santojas, tió Octaviano´
Los Mortes, debajo de ellos.
Que hay cuatro, que molerán
En serie, no en paralelo
Pues uno aprovecha el agua
Que hizo moler al primero.
Lo mismo que sacarían
Muelas en el mismo cerro
Allá por los Romerales
Y también, en el Vallejo.
Todos tenían gallinas
Siempre criaban conejos
Con el pienso que caía
Que barrían, de los suelos.
Pero los patos mejores
Y que comían cangrejos
La tia Fausta los tenía
Por ríos y balsa sueltos.
En el Henar, cequia Madre,
Por el regacho y los huertos
Muchas veces anidaban,
Ponían allí sus huevos
Donde esperaban pacientes
Que salieran los polluelos
Para llevarlos a casa
Y enseñarlos a los dueños.
Porque la Vega es aparte:
Se esconde fuera del pueblo
En medio de carrizales
Entre nogales y fresnos
Que rodean zarzamoras
Y no muros de cemento
Sino paredes de adobe
De barro que de su lecho
Cuando cavaron la balsa
A secar al sol pusieron
Mezclándolo con las pajas
De las parvas de centeno.
A la tiá Fausta señores
Dos cosas quitaba el sueño:
Las riadas del verano
Y los chicos que allí en cueros
Se bañaban en la balsa
Cuando ella estaba moliendo
En su molino la Vega
En un molino tan viejo….
Que lo cubren los zarzales
Con los árboles ya muertos
Los tejados aplanados
Derrumbados, en el suelo.
Y el Molino de la Vega
Amigos, sólo es recuerdo
Ya de la gente mayor
De los viejos, de este pueblo.
Un abrazo.
Los molinos de mi pueblo
No son dos, ni tres… son cinco
Los molinos de mi pueblo
Que trabajan por la noche
Con la luna y los luceros
Pues muchos días les falta
Aquel líquido elemento
Fuerza motriz de turbinas
Que del Algadir, viniendo
Llenará cubos o embalses
Tan hondos, que se ven negros
Y que de niños pequeños,
Al verlos, nos daban miedo.
Con el sol, el agua pura
Marchaba a regar los huertos
En primavera y verano
Que es cuando estaban sedientos.
Dieron faena y trabajo
A unos cuantos molineros
Que alimentan sus familias
Aun no teniendo graneros
Ya que el agosto lo tienen
En su molino harinero
De cebada, avena y trigo
Y cómo no, de centeno
Pues ellos cobran maquila
(Que también eso es dinero)
De la harina que se quedan
Al moler, entre los dedos
De aquella piedra que rueda
Con un agujero en medio
Por donde se esconde el grano
Que de la tolva, cayendo
Se convertirá en harina
Pasando por el tormento
De las muelas, de dos rocas
Que tendrán un hambre eterno
Pues poco a poco se tragan
Las cosechas de los pueblos
Que bajan en las talegas
De lo alto del granero
Y que a lomos del caballo,
Con alegre tintineo
Del collar de cascabeles
Que lleva colgado, al cuello,
Avisará a los vecinos
Pregonando a cuatro vientos,
Que ramal al hombro, pasa
Por la calle……. ¡el molinero!
¿De qué molino será?
Quizá, el que pase primero
Se llevará los costales
Colgados de su jumento
Si bien la gente ya tiene
Escogido el molinero
Como lo hacía su padre
Tal como hiciera, el abuelo.
Pudiere ser…. a la vega
Que es el molino más lejos
O Santojas, tió Octaviano´
Los Mortes, debajo de ellos.
Que hay cuatro, que molerán
En serie, no en paralelo
Pues uno aprovecha el agua
Que hizo moler al primero.
Lo mismo que sacarían
Muelas en el mismo cerro
Allá por los Romerales
Y también, en el Vallejo.
Todos tenían gallinas
Siempre criaban conejos
Con el pienso que caía
Que barrían, de los suelos.
Pero los patos mejores
Y que comían cangrejos
La tia Fausta los tenía
Por ríos y balsa sueltos.
En el Henar, cequia Madre,
Por el regacho y los huertos
Muchas veces anidaban,
Ponían allí sus huevos
Donde esperaban pacientes
Que salieran los polluelos
Para llevarlos a casa
Y enseñarlos a los dueños.
Porque la Vega es aparte:
Se esconde fuera del pueblo
En medio de carrizales
Entre nogales y fresnos
Que rodean zarzamoras
Y no muros de cemento
Sino paredes de adobe
De barro que de su lecho
Cuando cavaron la balsa
A secar al sol pusieron
Mezclándolo con las pajas
De las parvas de centeno.
A la tiá Fausta señores
Dos cosas quitaba el sueño:
Las riadas del verano
Y los chicos que allí en cueros
Se bañaban en la balsa
Cuando ella estaba moliendo
En su molino la Vega
En un molino tan viejo….
Que lo cubren los zarzales
Con los árboles ya muertos
Los tejados aplanados
Derrumbados, en el suelo.
Y el Molino de la Vega
Amigos, sólo es recuerdo
Ya de la gente mayor
De los viejos, de este pueblo.
Un abrazo.