Va otra de paraguas: Un día fui a correos a poner un giro y ya sabéis que suele haber unas especies de pupitres en donde se escriben los diferentes impresos y sobres, con unos bolígrafos atados al escritorio con objeto de que no desaparezcan a cada momento. Pues era otro día que amenazaba lluvia y yo llevaba un paraguas; pero en ese momento había cogido uno en mal estado solamente, por si acaso...
Llegué a allá y coloqué el paraguas en el suelo, entre los pies, debajo del pupitre. Allí no lo veía; pero quien me lo iba a quitar...
Pues al acabar de escribir mi impreso me agacho para coger el paraguas y me lo habían robado. Ya no estaba; así de claro. Me vino a la cara una sonrisilla pues me imaginaba la cara de sorpresa que pondría el nuevo propietario al abrirlo y ver que las varillas estaban en mal estado a pesar de que parecía nuevo.
Pero lo bonito fue un día que vimos un chico corriendo con un bolso y una señora que se mondaba de risa. Al preguntarle porque se alegraba del robo nos confesó que en el bolso robado llevaba un gato que se le había muerto y que iba a tirarlo al contenedor de la basura. Que intuía la cara de sorpresa del ladrón. Hasta mi esposa y yo nos pusimos a reír. ¡Pobre chaval, cuando abriera el bolso y viera el contenido!
Un abrazo.
Llegué a allá y coloqué el paraguas en el suelo, entre los pies, debajo del pupitre. Allí no lo veía; pero quien me lo iba a quitar...
Pues al acabar de escribir mi impreso me agacho para coger el paraguas y me lo habían robado. Ya no estaba; así de claro. Me vino a la cara una sonrisilla pues me imaginaba la cara de sorpresa que pondría el nuevo propietario al abrirlo y ver que las varillas estaban en mal estado a pesar de que parecía nuevo.
Pero lo bonito fue un día que vimos un chico corriendo con un bolso y una señora que se mondaba de risa. Al preguntarle porque se alegraba del robo nos confesó que en el bolso robado llevaba un gato que se le había muerto y que iba a tirarlo al contenedor de la basura. Que intuía la cara de sorpresa del ladrón. Hasta mi esposa y yo nos pusimos a reír. ¡Pobre chaval, cuando abriera el bolso y viera el contenido!
Un abrazo.