Hoy ha pasado la festividad de Santiago, en muchas de nuestras comunidades, sin pena ni gloria. Cuando yo era chico, se tenía como una meta, llegar a ese día y tener todo segado. Lo de acarrear y trillar era otra cosa pues a partir de ahora habría que traer a la era lo que quedaba en el campo e ir trillándolo poco a poco, según las fuerzas y el tiempo. Si no tenías ambas cosas cronometradas y a tu favor, ya podías luchar, que no había manera de tirar para adelante. Tenía que acompañar el tiempo, tus mulas y tus allegados. Encima pedir al cielo que nos librara de todo mal. En el año 1918, por culpa de la gripe famosa se quedaron muchas fincas sin segar, sin acarrear y sin traer el grano a casa...
Un recuerdo para aquel entonces.
Un abrazo.
Un recuerdo para aquel entonces.
Un abrazo.