Hacer calceta.
Era un hecho muy habitual en nuestros tiempos eso de hacer calceta y a las mujeres las veías sentadas en la calle, al sol en invierno y a la sombra en verano, haciendo labores de aguja pequeña o sea cosiendo y recosiendo o con las agujas grandes, haciendo calceta.
Pero si miramos algunos pasajes de la historia, veremos que hacer calceta era un pasatiempo generalizado hasta en los hombres de la corte. Veamos un relato sobre Goya y Fernado séptimo:
"A pesar de ser Goya Pintor de Cámara del rey, Fernando nunca encargó ningún retrato al aragonés ya que consideraba su arte obsoleto, gustando más del Neoclasicismo de Vicente López. No por eso dejó de pagar a Goya su correspondiente sueldo hasta su fallecimiento. El monarca sólo posó en una ocasión para Goya y eso ocurrió en 1808, con motivo de la realización de un retrato ecuestre al poco de ser coronado rey. En dos sesiones, durante hora y media, el maestro captó los rasgos básicos de su rostro y luego los repetiría en cada uno de los retratos que le encargaban, por eso el rostro siempre tiene la misma posición, dando la impresión de que el monarca está disfrazado. Este es el motivo por el que se ha considerado que el pintor intentó ridiculizar al rey, destacando los rasgos menos atractivos de su figura; pero hay que advertir que Fernando VII era ya de por sí caricaturesco, sin necesidad de remarcarlo por parte del artista. En el retrato más famoso Su Majestad viste uniforme castrense de gala y porta la banda de la Orden de Carlos III y el Toisón de Oro. Contra lo habitual, que era colocar el fondo neutro, el maestro nos deja ver un campamento militar a dos niveles: en el primero están los caballos y en el segundo las tiendas de campaña. Esta zona del fondo está trabajada con mayor soltura y fluidez en las pinceladas, mientras que en la figura del rey se esmera algo más para mostrar algún detalle. Quizá la ironía del cuadro esté en situar a Fernando VII en un campamento militar, cuando durante la Guerra de la Independencia estuvo en un castillo francés dedicándose a hacer calceta y a tejer, junto a su hermano Carlos María Isidro y su tío Antonio Pascual, en lugar de encabezar la resistencia española contra Napoleón.
Saludos
Era un hecho muy habitual en nuestros tiempos eso de hacer calceta y a las mujeres las veías sentadas en la calle, al sol en invierno y a la sombra en verano, haciendo labores de aguja pequeña o sea cosiendo y recosiendo o con las agujas grandes, haciendo calceta.
Pero si miramos algunos pasajes de la historia, veremos que hacer calceta era un pasatiempo generalizado hasta en los hombres de la corte. Veamos un relato sobre Goya y Fernado séptimo:
"A pesar de ser Goya Pintor de Cámara del rey, Fernando nunca encargó ningún retrato al aragonés ya que consideraba su arte obsoleto, gustando más del Neoclasicismo de Vicente López. No por eso dejó de pagar a Goya su correspondiente sueldo hasta su fallecimiento. El monarca sólo posó en una ocasión para Goya y eso ocurrió en 1808, con motivo de la realización de un retrato ecuestre al poco de ser coronado rey. En dos sesiones, durante hora y media, el maestro captó los rasgos básicos de su rostro y luego los repetiría en cada uno de los retratos que le encargaban, por eso el rostro siempre tiene la misma posición, dando la impresión de que el monarca está disfrazado. Este es el motivo por el que se ha considerado que el pintor intentó ridiculizar al rey, destacando los rasgos menos atractivos de su figura; pero hay que advertir que Fernando VII era ya de por sí caricaturesco, sin necesidad de remarcarlo por parte del artista. En el retrato más famoso Su Majestad viste uniforme castrense de gala y porta la banda de la Orden de Carlos III y el Toisón de Oro. Contra lo habitual, que era colocar el fondo neutro, el maestro nos deja ver un campamento militar a dos niveles: en el primero están los caballos y en el segundo las tiendas de campaña. Esta zona del fondo está trabajada con mayor soltura y fluidez en las pinceladas, mientras que en la figura del rey se esmera algo más para mostrar algún detalle. Quizá la ironía del cuadro esté en situar a Fernando VII en un campamento militar, cuando durante la Guerra de la Independencia estuvo en un castillo francés dedicándose a hacer calceta y a tejer, junto a su hermano Carlos María Isidro y su tío Antonio Pascual, en lugar de encabezar la resistencia española contra Napoleón.
Saludos