Me ha divertido la travesura del abuelo de inflar los pollitos. ¡Menuda zalagarda! Te merecías la oración por pasivo. “Si es que tenéis cosas del demonio”..-decía mi abuela-.
En cuanto a lo de inflar ranas que comenta el comunicante de Avila, recuerdo a dos buenas piezas, amigos de la niñez, que iban con frecuencia a pescarlas para vendérselas a un señor del Barrioelolmo a quien le gustaban sus ancas. Este señor se las pagaba por el tamaño: las grandes a dos reales y las pequeñas a uno. Como casi siempre les engañaba, decidieron inflar las pequeñas, introduciéndoles por el ano una paja de carrizo, y soplar hasta que consiguieran el tamaño de las de dos reales, que dicho señor pagó religiosamente hasta que se enteró del fraude. Un saludo y que no cunda el ejemplo.
En cuanto a lo de inflar ranas que comenta el comunicante de Avila, recuerdo a dos buenas piezas, amigos de la niñez, que iban con frecuencia a pescarlas para vendérselas a un señor del Barrioelolmo a quien le gustaban sus ancas. Este señor se las pagaba por el tamaño: las grandes a dos reales y las pequeñas a uno. Como casi siempre les engañaba, decidieron inflar las pequeñas, introduciéndoles por el ano una paja de carrizo, y soplar hasta que consiguieran el tamaño de las de dos reales, que dicho señor pagó religiosamente hasta que se enteró del fraude. Un saludo y que no cunda el ejemplo.