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DEZA: Soria, una vez más, marginada...

Continuo con la historia del tristemente desaparecido ferrocarril Santander-Mediterráneo.
Lamentablemente, existe en la historia ferroviaria española una fecha que muchos cientos de miles españoles hubieran preferido no vivir. Esa fecha es el primero de enero del 1985. Ese día quedaron cerrados al tráfico miles de kilómetros de vías férreas, aludiendo a un déficit económico que en la mayoría de casos fue propiciado por la actitud del propio Gobierno. Centenares de miles de españoles, mayoritariamente habitantes de zonas rurales, se quedaron sin un servicio necesario, depauperando aun más el campo. A falta de la construcción del último tramo del Santander-Mediterráneo, el ferrocarril de Santander a Valencia terminaba en Cidad de Valdeporres-Dosante. No siendo posible el acometido para el cual se construyó, el Santander-Mediterráneo no era rentable. Y por si esto hubiese sido poco, los horarios de los trenes de viajeros parecían hechos ex-profeso para que nadie viajase en ellos. Así las cosas, el día primero de enero de 1985, éste quedó clausurado, depauperando un poco más muchas comarcas del interior de España. Por no terminar los 60 y pocos Km. que faltaban hasta Santander, se cerraron los más de 600 Km. de vía férrea hasta Caminreal.
un saludo

Me ha sorprendido gratamente la bien documentada memoria de dezano, hasta el punto que la precisión de las fechas que da me han hecho buscar entre mis viejas carpetas por si encontraba algún recorte que me lo confirmase. Y hete aquí que me topo con una colaboración mía -con mi nombre y dos apellidos- publicada en un periódico local, fechada en 1979, nada más y nada menos que de hace treinta años, en la que mostraba mis quejas por la proyectada decisión gubernamental de dejarnos sin tren. Treinta años más joven, y bastante joven por cierto, ya me dolía mi tierra, máxime cuando llevaba muy poco tiempo "disfrutando" de mi "exilio" soriano. Entre dolido y quizás "quijote" y sin más armas que la vieja "olivetti", envié al periódico este artículo que ahora reproduzco. Lo de menos es el mensajero. (Creo que hoy día, salvando algunas distancias, no resultaría anacrónico, ni mucho menos.)

"Soria, una vez más, marginada"

"Todavía hay quienes afirman que el tradicional abandono y marginación a que se ve sometida la provincia de Soria, por parte de la Administración Central, es un tópico, una idea trasnochada que sólo existe en la imaginación de los derrotistas o de los que sufren esa manía persecutoria; que no es para tanto, o que, al fin y al cabo, si Soria no se encuentra en mejores condiciones, ello es debido a la propia idiosincrasia de los sorianos. Tampoco ha faltado Gobernador Civil que se haya expresado en términos parecidos. Por supuesto, cada uno es libre de pensar y expresarse según su entendimiento y también es cierto que, en parte, les asiste la razón a quienes creen que los sorianos pueden hacer bastante más por su tierra. No se trata ahora, aquí, de entrar a analizar el porqué del carácter conservador de las gentes de Soria, ni los motivos que les ha llevado a ese escepticismo y desencanto general con que se miran los problemas de esta provincia, pero por más que se fuera tomando conciencia de la realidad de Soria, por más que se aunaran los esfuerzos para sacar a esta tierra del atolladero en que se encuentra, esto no sería suficiente por sí solo si no se pone en práctica la cacareada solidaridad interregional, si la Administración ucedista no hace por acordarse de estas tierras para algo más positivo -para Soria- que la instalación del Centro de la JEN o la reclusión en su cárcel de elementos acusados de terrorismo.
(Continúa)

Soria, una vez más, marginada
(continuación)

Soria poco tiene que agradecer al anterior régimen y, al paso que vamos, poco tendrá que agradecer al actual. Los pueblos de la provincia se han ido despoblando paulatinamente a causa de la emigración de sus habitantes hacia zonas privilegiadas en el desarrollo económico como Madrid, Vascongadas o Cataluña. El ahorro soriano también ha conocido el camino de la emigración hacia esas mismas zonas del país, contribuyendo de esta forma a que el abismo socioeconómico que separa unas regiones de otras fuese aún mayor. Soria ha tenido que presenciar cómo se potenciaba el avance industrial de otras provincias, mientras aquí se nos ignoraba como si no existiésemos. En los planes de los sucesivos gobiernos tampoco entraba el dotar a esta provincia de unas redes de carreteras y ferrocarriles adecuadas. En el terreno cultural no hemos sido más afortunados, a pesar de los consabidos tópicos; muchos intelectuales sorianos rinden beneficios en otras provincias, sin posibilidades de permanecer en la suya.
(Continúa)

Soria, una vez más, marginada
(continuación)

La desgracia de Soria es que se cumplen las palabras de alguien que dijo, en cierta ocasión, que los que padecen manías persecutorias suelen llevar razón. Y la realidad de Soria -mientras Soria sea una realidad- es poco halagüeña. Alrededor de noventa mil habitantes para poco más de diez mil kilómetros cuadrados no es muy prometedor, que digamos. Es necesaria -aun con riesgo de parecer ingenuos- una decidida intervención estatal que cree las condiciones precisas para sacar a flote a Soria. Es muy necesario y urgente que el ahorro soriano se invierta aquí con el fin de crear nuevos puestos de trabajo que frenen la emigración e incluso hagan posible la vuelta de quienes salieron y deseen regresar. Y es importante conocer el futuro universitario de Soria, porque tampoco hay nada claro en esto.
(Continúa)

Soria, una vez más, marginada
(continuación)

Pero no, no hay que hacerse muchas ilusiones. Ahora es RENFE quien nos quiere marginar aún más, si cabe. No le basta con suprimir el servicio Soria-Castejón, sino que pretende llevar al Gobierno un proyecto para la supresión de las líneas Valladolid-Ariza y Burgos-Calatayud. A la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles no se le ocurre otra cosa, para reducir el déficit, que hacer un buen descosido por donde se le escapen a Soria las pocas fuerzas que le quedan. Está visto que Soria cuenta poco en el concierto nacional. Ante esto cabe preguntarse si los fines de RENFE son sociales o meramente lucrativos. ¿O es que el soriano no es español? Resulta difícil creer, por más que la publicidad se empeñe en convencernos de lo contrario, que RENFE esté al servicio del público con medidas de este tipo y parece más bien que sus miras están encaminadas a invertir en regiones desarrolladas. Así, hace unas fechas, la prensa anunciaba que RENFE piensa invertir varios miles de millones para mejorar las líneas de las provincias vascas. Lo dicho: Soria no cuenta. Aunque, quizá, sean manías persecutorias. Puede ser."