Quien siembra vientos recoge tempestades
Dicen que la vida, antes o después, pone a cada uno en su lugar, así que, si se hacen cosas malas durante la vida de uno, probablemente antes o después la vida sea mala con él. Si siempre hacemos daño o perjudicamos a los que nos rodean, el día que les necesitemos no harán nada por ayudarnos, y si llevamos una mala vida, pues terminaremos mal.
Por si alguien tiene alguna duda, sembrar es arrojar y esparcir las semillas en la tierra preparada para cultivar algo y en este caso, usamos la metáfora de sembrar como si cada una de las acciones que hacemos a lo largo de nuestra vida fuesen semillas que vamos cultivando en nuestro campo y las situaciones que nos vamos encontrando posteriormente fuesen las cosechas que cada año se producen.
Si se pone una mala semilla, el fruto obtenido será malo, seguro. Veamos un ejemplo de aplicación de esta expresión:
Míralo, toda la vida se ha estado aprovechando de todo el que le rodeaba y ahora que las cosas no le van bien, no hay nadie que quiera hacer nada por él. Pero al final tiene lo que se merece porque quien siembra vientos, recoge tempestades.
Pues nada, a ver lo que sembráis en vuestra vida, porque dependiendo de lo que sembréis, así será la cosecha que recojáis y recordad que la avaricia rompe el saco.
Dicen que la vida, antes o después, pone a cada uno en su lugar, así que, si se hacen cosas malas durante la vida de uno, probablemente antes o después la vida sea mala con él. Si siempre hacemos daño o perjudicamos a los que nos rodean, el día que les necesitemos no harán nada por ayudarnos, y si llevamos una mala vida, pues terminaremos mal.
Por si alguien tiene alguna duda, sembrar es arrojar y esparcir las semillas en la tierra preparada para cultivar algo y en este caso, usamos la metáfora de sembrar como si cada una de las acciones que hacemos a lo largo de nuestra vida fuesen semillas que vamos cultivando en nuestro campo y las situaciones que nos vamos encontrando posteriormente fuesen las cosechas que cada año se producen.
Si se pone una mala semilla, el fruto obtenido será malo, seguro. Veamos un ejemplo de aplicación de esta expresión:
Míralo, toda la vida se ha estado aprovechando de todo el que le rodeaba y ahora que las cosas no le van bien, no hay nadie que quiera hacer nada por él. Pero al final tiene lo que se merece porque quien siembra vientos, recoge tempestades.
Pues nada, a ver lo que sembráis en vuestra vida, porque dependiendo de lo que sembréis, así será la cosecha que recojáis y recordad que la avaricia rompe el saco.