DEZA: Ayer, como estaba previsto, pasamos el día en Deza....

Ayer, como estaba previsto, pasamos el día en Deza. Llegamos por Bordalba, después de visitar Monteagudo de las Vicarías, lugar de nacimiento de nuestra amiga Conchita. Al pasar Antoñana, donde no ví grajas, que hace años tanto se prodigaban, disfruté de la presencia del conjunto del pueblo, que tanto me conforta. Como era hora de comer, nos trasladamos al parque del Suso-Algadil. Dimos cuenta de nuestras viandas y nos dispusimos a dormir una siesta. Solo fué posible reposar, ya que las moscas por un lado y la hormigonera por otro nos impidieron ir más allá. En cualquier caso el día era muy agradable y nos sirvió para descansar, charlar y pasear un poco. Sobre las seis, nos fuimos a dar una vuelta y al pasar por el palacio de los Finojosa, entramos para que lo conocieran mis acompañantes. Tuvimos la suerte de que estuviera Josefina, quien nos acompañó para subir a la torre del homenaje. Nunca antes había estado y fué una estupenda experiencia. Tomamos algo en el bar del antiguo Ayuntamiento y después nos fuimos a la casa rural de las Ollerias. Este sitio es para disfrutarlo, por el lugar que ocupa y por la aceptación que ha tenido desde su inauguración hace dos años que, por cierto fuí uno de los primeros en ocupar habitación durante siete días. Saludé a muchos amigos y disfruté de la compañía de otros, mientras tomábamos unas cervezas y después unos huevos con jamón, acompañados de ensaladas de tomate, todo riquísimo. Sobre las diez iniciamos el viaje de regreso, entre el sonido de los grillos en las huertas y la luna que nos miraba a través de las nubes en este hermoso ocaso del estío.