Liarse la manta a la cabeza
Hay algunas veces en la vida que hay que tomar decisiones y emprender nuevos proyectos sin mirar atrás o sin evaluar demasiado las posibles consecuencias que pueda traer nuestra decisión, porque si no, nunca haríamos nada nuevo.
Para esas ocasiones en las que tomamos una decisión y la llevamos a cabo sin pensar mucho en las consecuencias que pueda traer se inventó la expresión liarse la manta a la cabeza.
Si os fijáis, el significado de esta frase es bastante gráfico: si nos liamos (nos enrollamos) una manta en la cabeza, difícilmente podremos ver ni oír, por lo que no nos afecta demasiado lo que ocurra a nuestro alrededor porque no podemos percibirlo. Pues bien, precisamente en esa línea va la esta expresión: tomamos una decisión y no miramos ni escuchamos a nadie.
Hay mucha gente que, en un momento determinado de su vida, se ha ido de su casa y se ha ido a otro país en busca de una nueva vida porque la que tenía no le gustaba. Tal vez no se paró a pensar en si le iban a echar de menos, en si había otra solución menos drástica o en si podía arreglar lo problemas que tenía. Simplemente se fue. Pues bien, para ocasiones como esa se puede decir que esa persona se lió la manta a la cabeza y se marchó.
Pues nada, espero que, a partir de ahora, cuando escuchéis que alguien se ha liado la manta a la cabeza, no penséis que tenía mucho frío, sino que os acordéis del verdadero significado de esa expresión.
Hay algunas veces en la vida que hay que tomar decisiones y emprender nuevos proyectos sin mirar atrás o sin evaluar demasiado las posibles consecuencias que pueda traer nuestra decisión, porque si no, nunca haríamos nada nuevo.
Para esas ocasiones en las que tomamos una decisión y la llevamos a cabo sin pensar mucho en las consecuencias que pueda traer se inventó la expresión liarse la manta a la cabeza.
Si os fijáis, el significado de esta frase es bastante gráfico: si nos liamos (nos enrollamos) una manta en la cabeza, difícilmente podremos ver ni oír, por lo que no nos afecta demasiado lo que ocurra a nuestro alrededor porque no podemos percibirlo. Pues bien, precisamente en esa línea va la esta expresión: tomamos una decisión y no miramos ni escuchamos a nadie.
Hay mucha gente que, en un momento determinado de su vida, se ha ido de su casa y se ha ido a otro país en busca de una nueva vida porque la que tenía no le gustaba. Tal vez no se paró a pensar en si le iban a echar de menos, en si había otra solución menos drástica o en si podía arreglar lo problemas que tenía. Simplemente se fue. Pues bien, para ocasiones como esa se puede decir que esa persona se lió la manta a la cabeza y se marchó.
Pues nada, espero que, a partir de ahora, cuando escuchéis que alguien se ha liado la manta a la cabeza, no penséis que tenía mucho frío, sino que os acordéis del verdadero significado de esa expresión.