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Desde 1970 estoy retirado del “Planeta de los Toros” según la terminología del crítico taurino y escritor costumbrista Antonio Díaz Cañabate.
Por gratitud a la labor de Manuel de Soria que solicita de los dezanos alguna aportación sobre las Fiestas Patronales del Cristo del Consuelo, acepto modestamente, muy reconocido a la deferencia, pero condicionada a citar sólo algunos nombres de las personas que con tanta ilusión vivían y participaban en la “Corrida de Toros” que se celebraba por aquellas fechas el 15 de Septiembre. Nombres que con tanto cariño han pasado por tradición oral de padres a hijos.
El abuelo ha hablado con maestría, en años anteriores, del origen de la F. de los T., de la casta, de la bravura, y de las famosas razas de las que derivan la mayoría de las actuales: la casta Vazqueña y la casta de Vistahermosa.
En el primer tercio del siglo XX, en Deza pastaba en la ladera de “El Pedroso” una ganadería de toros bravos propiedad de Don Javier Sebastián, a cuyo cuidado estaba el tío Ruperto, padre de Luis “el Ruperto”, amigo de la infancia del abuelo, según cita en el capítulo primero de su libro. Estos toros se lidiaban en las Fiestas de Deza y la cabeza disecada de uno de aquellos toros más bravos lidiados en el coso del Corredero, la hemos llegado a ver colgada en la carnicería de Benito González, tío del abuelo; era de color royo y ojo de perdiz. Desconozco la procedencia o casta de la ganadería. El ganado era pequeño, aunque con mucha sangre y bravura. Su falta de trapío estaba compensada por su temperamento. Posteriormente el ganado pasó a pastar al vecino pueblo de Contamina. Por la relación de la familia del abuelo con el dueño de la ganadería, y por su amistad con Luis “el Ruperto”, el abuelo seguramente nos puede aportar más datos y quizás alguna anécdota al respecto.
El amigo Pefeval nos deleitó, como se puede ver en colaboradores de la primera página de este foro en una de sus aportaciones costumbristas, hablando de la ilusión que antes, durante y después de la corrida, suscitaba en el pueblo la fiesta amenizada por la música de Torrijo y Manolo el del botijo del aguardiente, fabricado en el alambique de “El Babil” con la planta de anís criada en “La Enzamarilla”. Por lo tanto, ya conocemos parte del desarrollo de estos festejos.
El signo que identifica más a un torero es el de su valor; algo que se le supone por el mero hecho de ponerse ante el toro. ¿Qué nombres dezanos han demostrado tenerlo y han burlado al toro con gracia, alegría y sentimiento?. Pido perdón si me olvido de alguno: el tío Mingorra, el trío Vitorico- padre de Rogelio-, el tío Valeriano- padre de Valeriana- y el tío Fortuna; personas mayores que conocí en mi niñez a las que no vi torear, banderillear, ni matar. Algunos de estos banderilleaban y estoqueaban a la media vuelta con gran destreza.
Después continuaron otros carismáticos personajes, a los que ya he conocido, cuyas actuaciones merecen otra entrega.
Saludos
Por gratitud a la labor de Manuel de Soria que solicita de los dezanos alguna aportación sobre las Fiestas Patronales del Cristo del Consuelo, acepto modestamente, muy reconocido a la deferencia, pero condicionada a citar sólo algunos nombres de las personas que con tanta ilusión vivían y participaban en la “Corrida de Toros” que se celebraba por aquellas fechas el 15 de Septiembre. Nombres que con tanto cariño han pasado por tradición oral de padres a hijos.
El abuelo ha hablado con maestría, en años anteriores, del origen de la F. de los T., de la casta, de la bravura, y de las famosas razas de las que derivan la mayoría de las actuales: la casta Vazqueña y la casta de Vistahermosa.
En el primer tercio del siglo XX, en Deza pastaba en la ladera de “El Pedroso” una ganadería de toros bravos propiedad de Don Javier Sebastián, a cuyo cuidado estaba el tío Ruperto, padre de Luis “el Ruperto”, amigo de la infancia del abuelo, según cita en el capítulo primero de su libro. Estos toros se lidiaban en las Fiestas de Deza y la cabeza disecada de uno de aquellos toros más bravos lidiados en el coso del Corredero, la hemos llegado a ver colgada en la carnicería de Benito González, tío del abuelo; era de color royo y ojo de perdiz. Desconozco la procedencia o casta de la ganadería. El ganado era pequeño, aunque con mucha sangre y bravura. Su falta de trapío estaba compensada por su temperamento. Posteriormente el ganado pasó a pastar al vecino pueblo de Contamina. Por la relación de la familia del abuelo con el dueño de la ganadería, y por su amistad con Luis “el Ruperto”, el abuelo seguramente nos puede aportar más datos y quizás alguna anécdota al respecto.
El amigo Pefeval nos deleitó, como se puede ver en colaboradores de la primera página de este foro en una de sus aportaciones costumbristas, hablando de la ilusión que antes, durante y después de la corrida, suscitaba en el pueblo la fiesta amenizada por la música de Torrijo y Manolo el del botijo del aguardiente, fabricado en el alambique de “El Babil” con la planta de anís criada en “La Enzamarilla”. Por lo tanto, ya conocemos parte del desarrollo de estos festejos.
El signo que identifica más a un torero es el de su valor; algo que se le supone por el mero hecho de ponerse ante el toro. ¿Qué nombres dezanos han demostrado tenerlo y han burlado al toro con gracia, alegría y sentimiento?. Pido perdón si me olvido de alguno: el tío Mingorra, el trío Vitorico- padre de Rogelio-, el tío Valeriano- padre de Valeriana- y el tío Fortuna; personas mayores que conocí en mi niñez a las que no vi torear, banderillear, ni matar. Algunos de estos banderilleaban y estoqueaban a la media vuelta con gran destreza.
Después continuaron otros carismáticos personajes, a los que ya he conocido, cuyas actuaciones merecen otra entrega.
Saludos