Piezas que forman parte del arado romanodel arado romano
Barreno o clavija. Era de hierro y unía el arado al jugo. Encajaba en un taladro hecho en el clavijero. Según se meta la clavija, en media docena de agujeros para escoger, así se apretará al arar. De ahí el dicho: "Apretarle bien las clavijas"
Clavijero: parte del timón del arado (parte delantera) en la que están los agujeros para meter la clavija. También se le llama clavijal.
Timón: palo derecho que sale de la cama del arado y al que se fija el tiro. La parte delantera es el clavijero.
Velorta o vilorta: cada una de las abrazaderas de hierro, dos por lo común, que sujetan al timón la cama del arado. Cuando se iba a arar y estaba muy encharcada la tierra se decía que se hundía el arado hasta las velortas.
Reja: instrumento de fundición o de acero fija a la parte delantera del arado que sirve para romper la tierra.
Dental: palo donde se encaja la reja del arado.
Chaveta: clavija o pasador que se pone en un agujero e impide que se salgan las piezas.
Telera: travesaño de hierro o de madera que sujeta el dental a la cama del arado o al timón del mismo, y sirve para guardar la inclinación de la reja y la profundidad de la labor.
Orejera: cada una de las dos piezas de hierro que el arado común lleva introducidos oblicuamente a uno y otro lado del dental y que sirven para ensanchar el surco.
Cama: pieza encorvada de madera o de hierro, en el cual encajan por la parte inferior delantera el dental y la reja, y por detrás la esteva; por el otro extremo está afianzada en el timón.
Pescuño: cuña gruesa y larga con que se aprietan la mancera o esteva, reja y dental que tiene la cama del arado.
Mancera o esteva: pieza corva y trasera del arado, sobre la cual lleva la mano quien ara, para dirigir la reja y apretarla contra la tierra, levantándola a cada vuelta que se cambia de dirección.
Como podéis ver, a pesar de su sencillez, el arado romano tiene un número muy alto de componentes, de los cuales si llega a faltarnos alguno al llegar al tajo, nos tendremos que volver de nuevo a casa sin haber alzado, binado o sembrado, según lo que tocara hacer ese día.
Un abrazo.
Barreno o clavija. Era de hierro y unía el arado al jugo. Encajaba en un taladro hecho en el clavijero. Según se meta la clavija, en media docena de agujeros para escoger, así se apretará al arar. De ahí el dicho: "Apretarle bien las clavijas"
Clavijero: parte del timón del arado (parte delantera) en la que están los agujeros para meter la clavija. También se le llama clavijal.
Timón: palo derecho que sale de la cama del arado y al que se fija el tiro. La parte delantera es el clavijero.
Velorta o vilorta: cada una de las abrazaderas de hierro, dos por lo común, que sujetan al timón la cama del arado. Cuando se iba a arar y estaba muy encharcada la tierra se decía que se hundía el arado hasta las velortas.
Reja: instrumento de fundición o de acero fija a la parte delantera del arado que sirve para romper la tierra.
Dental: palo donde se encaja la reja del arado.
Chaveta: clavija o pasador que se pone en un agujero e impide que se salgan las piezas.
Telera: travesaño de hierro o de madera que sujeta el dental a la cama del arado o al timón del mismo, y sirve para guardar la inclinación de la reja y la profundidad de la labor.
Orejera: cada una de las dos piezas de hierro que el arado común lleva introducidos oblicuamente a uno y otro lado del dental y que sirven para ensanchar el surco.
Cama: pieza encorvada de madera o de hierro, en el cual encajan por la parte inferior delantera el dental y la reja, y por detrás la esteva; por el otro extremo está afianzada en el timón.
Pescuño: cuña gruesa y larga con que se aprietan la mancera o esteva, reja y dental que tiene la cama del arado.
Mancera o esteva: pieza corva y trasera del arado, sobre la cual lleva la mano quien ara, para dirigir la reja y apretarla contra la tierra, levantándola a cada vuelta que se cambia de dirección.
Como podéis ver, a pesar de su sencillez, el arado romano tiene un número muy alto de componentes, de los cuales si llega a faltarnos alguno al llegar al tajo, nos tendremos que volver de nuevo a casa sin haber alzado, binado o sembrado, según lo que tocara hacer ese día.
Un abrazo.