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DEZA: MÁS SOBRE REFRANES...

MÁS SOBRE REFRANES
Hay gente muy moderna y muy urbana, y algún que otro intelectual (?) que, en su ignorancia, menosprecia el refranero, como cosa de gente de pocos recursos literarios o culturales o propia de atónitos palurdos. Ya decía Machado que el españolito desprecia cuanto ignora. Sin embargo, como decía antes, Francis Bacon ya tenía en alto concepto el valor de los refranes como compendio de la sabiduría popular. Menéndez Pelayo creía que España quizá fue la primera nación europea en recoger sus refranes, citando la colección del Marqués de Santillana, "Refranes que dicen las viejas tras el fuego", que había recogido en el siglo XV -nada menos- y publicados en 1505. (Lo que ha llovido -y nevado- desde entonces.) Lo de las viejas y el fuego ha de sonar a la gente de Soria y a más de uno traerá a la mente los tranochos. Dicen los estudiosos que, hasta el siglo XVII, los refranes tenían valor universal y que, para dirimir una discusión, se aludía al "como dice el refrán", quedando así zanjado el asunto. Usos y costumbres, vamos. Según los expertos, en el siglo XVIII hubo autores ilustrados que trataron de desprestigiarlos tachándolos de vulgares y de mal gusto, pero el pueblo "pasó", que diríamos ahora, aunque después el romanticismo los reivindicó hasta llegar a nuestros días. Sin embargo, parece que el abandono de los pueblos y los tiempos actuales van a terminar por dejarlos caer en el olvido. Si, como parece cierto, están en peligro de extinción, sería interesante que, a lo largo de la enseñanza primaria y secundaria, fueran objeto de estudio. Tratados con amenidad, seguro que serían bien recibidos por los alumnos. Aunque dudo de que las autoridades académicas estén por la labor. (Quien da pan a perro ajeno, pierde pan y pierde perro)