Hola amigos: Muchas veces he reflexionado sobre la velocidad con que trabaja la mente cuando nos fijamos en una persona, bien porque nos la presentan o, sencillamente porque si. En un momento somos capaces de hacer un análisis en el que resumimos lo relativo a belleza, bondad o maldad y un montón de otros detalles, de los que sacamos un retrato psicológico, suficiente para saber que esa persona puede ser nuestro amigo, nuestro enemigo o ni fú ni fá. A un nivel inferior, nos sucede cuando no cruzamos escritos. Cuando hablamos por teléfono, después de cruzarnos estos escritos, la cosa se aproxima mucho a lo que debe ser la realidad. Esta experiencia es muy reciente y la he extraído de conversaciones con personas del Foro. Primero fue con Manuel y ya hice mi valoración. Ahora ha sido con Félix y también ha sido muy favorable. Su estilo franco y directo, difícilmente pueden engañar a nadie. Invito a todos los que no conozco, a que sean capaces de abrirse, para cultivar la amistad.
Un abrazo
Un abrazo