Duruelo es la mitad de mi vida, he pasado tantos veranos allí con mis tíos, primos, abuela...y siempre me he sentido allí como si me "reciclara" del estrés del invierno en la ciudad. Para mí es un auténtico y humilde paraíso que te hace siempre querer volver. Pocos lugares quedan en la tierra tan puros como Duruelo de la Sierra.