EL CAÑÓN DEL RÍO LOBOS
En estas tierras de Soria
donde los silencios brotan,
se te queda en la memoria
los paisajes que se notan.
Entre brisas de templarios
y laderas florecidas,
se reconocen calvarios
entre batallas sentidas.
Piedras que dejan recuerdos
que se llevan con cariño,
senderos que son tan cuerdos
que a veces te vuelven niño.
Cuevas que fueron refugio
de la larga Reconquista,
sueños de algún artilugio
que no lo alcanza la vista.
Pisar sin prisa la senda
viendo el río perezoso,
es conocer bien la rienda
de su pasado orgulloso.
Ermita de Los Templarios
mirando siempre la Cueva,
entre gestos solidarios
no quiere quebrar la piedra.
El Lobos va subterráneo
con su corriente al Ucero,
en aquel ambiente extraño
se sueñan piedras de acero.
Mirando sobre sus cumbres
El Cañón se vuelve hermoso,
en su soledad descubres
un pasado tembloroso.
Las águilas se despiertan
para vigilar su ambiente,
parece que están atentas
incluso con mucha gente.
G X Cantalapiedra.
En estas tierras de Soria
donde los silencios brotan,
se te queda en la memoria
los paisajes que se notan.
Entre brisas de templarios
y laderas florecidas,
se reconocen calvarios
entre batallas sentidas.
Piedras que dejan recuerdos
que se llevan con cariño,
senderos que son tan cuerdos
que a veces te vuelven niño.
Cuevas que fueron refugio
de la larga Reconquista,
sueños de algún artilugio
que no lo alcanza la vista.
Pisar sin prisa la senda
viendo el río perezoso,
es conocer bien la rienda
de su pasado orgulloso.
Ermita de Los Templarios
mirando siempre la Cueva,
entre gestos solidarios
no quiere quebrar la piedra.
El Lobos va subterráneo
con su corriente al Ucero,
en aquel ambiente extraño
se sueñan piedras de acero.
Mirando sobre sus cumbres
El Cañón se vuelve hermoso,
en su soledad descubres
un pasado tembloroso.
Las águilas se despiertan
para vigilar su ambiente,
parece que están atentas
incluso con mucha gente.
G X Cantalapiedra.