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CAMINANDO POR EL BURGO DE OSMA
Con la mirada sentida
y los ojos reflejando,
en esta tarde elegida
voy sus caminos pisando.
El Burgo te va marcando
con sus brisas distinguidas,
a la vez que vas notando
las pasiones más erguidas.
El Ucero te acompaña
para gozar de sus flores,
el Río jamás te engaña
ni quiere darte dolores.
Ver de cerca las murallas
con sus piedras milenarias,
que quizá vieron batallas
en fechas extraordinarias.
Recuerdos de viejas sombras
con sus molinos perdidos,
paisajes que hasta te asombran
en lugares escondidos.
Sin buscar flores preciosas
ni soñar con melodías,
El Burgo tiene sus rosas
que nos dan felices días.
Losas de piedra labrada
hacen más feliz su suelo,
en cualquier tarde encantada
miras muy despacio el cielo.
El Burgo de Osma se siente
con sus muchas realidades,
y en el viento se presiente
que es camino de verdades.
La vida sigue su curso
en estas tierras del Duero,
donde se nota el recurso
de ver tranquilo al Ucero.
G X Cantalapiedra.
Con la mirada sentida
y los ojos reflejando,
en esta tarde elegida
voy sus caminos pisando.
El Burgo te va marcando
con sus brisas distinguidas,
a la vez que vas notando
las pasiones más erguidas.
El Ucero te acompaña
para gozar de sus flores,
el Río jamás te engaña
ni quiere darte dolores.
Ver de cerca las murallas
con sus piedras milenarias,
que quizá vieron batallas
en fechas extraordinarias.
Recuerdos de viejas sombras
con sus molinos perdidos,
paisajes que hasta te asombran
en lugares escondidos.
Sin buscar flores preciosas
ni soñar con melodías,
El Burgo tiene sus rosas
que nos dan felices días.
Losas de piedra labrada
hacen más feliz su suelo,
en cualquier tarde encantada
miras muy despacio el cielo.
El Burgo de Osma se siente
con sus muchas realidades,
y en el viento se presiente
que es camino de verdades.
La vida sigue su curso
en estas tierras del Duero,
donde se nota el recurso
de ver tranquilo al Ucero.
G X Cantalapiedra.