VIVIR MIRANDO AL UCERO
Cuando la vida nos marca muchos y buenos senderos, en el paisaje se embarca entre bonitos boleros. Sentir la tierra tranquila mirando siempre al Ucero, notas como se perfila el viento del ROMANCERO. Sin entender de promesas ni vivir flores dichosas, existen ciertas sorpresas que nunca son vanidosas. El Ucero va marchando entre bonitas murallas, la historia va comentando a las sufridas batallas. El Burgo siente nostalgia de ver sus bellas colinas, donde se siente la magia entre sus cruces divinas. Vivir mirando al Ucero en esta tierra sentida, pensando que por el Duero le darán la bienvenida. Brillan las aguas serenas en noches con blanca Luna, y parecen ser tan buenas que alegraran cualquier cuna. El Ucero reflejando sobre las grandes murallas, El Burgo sigue pensando en no sufrir más batallas. Cuando los fríos se asoman por la Ribera triunfando, parecen poner las comas de lo que vamos pensando. El Ucero de camino en su corta travesía, viene marchando hacia el Duero para hacerle compañía. Entre las aguas serenas de este Ucero que transita, se viven las horas buenas aunque alguna pena grita. Mirar tranquilo las cumbres de este bonito paisaje, y ver que siempre descubres ciertas tierras con anclajes. Los silencios van brillando con las estrellas del cielo, a su paso van dejando sentimientos de consuelo. Sentir al Burgo pensando en sus losas medievales, y ver que sigues andando de mil formas naturales. Estas tierras del Ucero que siempre tuvieron fama, son los caminos del Duero que casi nadie reclama. Cruces llenas de pasiones, ermitas hoy solitarias, son tantas las emociones que las ves extraordinarias. Para comprender los ríos, el agua deja sus huellas, al sentir escalofríos en las noches que son bellas. G X Cantalapiedra.
Cuando la vida nos marca muchos y buenos senderos, en el paisaje se embarca entre bonitos boleros. Sentir la tierra tranquila mirando siempre al Ucero, notas como se perfila el viento del ROMANCERO. Sin entender de promesas ni vivir flores dichosas, existen ciertas sorpresas que nunca son vanidosas. El Ucero va marchando entre bonitas murallas, la historia va comentando a las sufridas batallas. El Burgo siente nostalgia de ver sus bellas colinas, donde se siente la magia entre sus cruces divinas. Vivir mirando al Ucero en esta tierra sentida, pensando que por el Duero le darán la bienvenida. Brillan las aguas serenas en noches con blanca Luna, y parecen ser tan buenas que alegraran cualquier cuna. El Ucero reflejando sobre las grandes murallas, El Burgo sigue pensando en no sufrir más batallas. Cuando los fríos se asoman por la Ribera triunfando, parecen poner las comas de lo que vamos pensando. El Ucero de camino en su corta travesía, viene marchando hacia el Duero para hacerle compañía. Entre las aguas serenas de este Ucero que transita, se viven las horas buenas aunque alguna pena grita. Mirar tranquilo las cumbres de este bonito paisaje, y ver que siempre descubres ciertas tierras con anclajes. Los silencios van brillando con las estrellas del cielo, a su paso van dejando sentimientos de consuelo. Sentir al Burgo pensando en sus losas medievales, y ver que sigues andando de mil formas naturales. Estas tierras del Ucero que siempre tuvieron fama, son los caminos del Duero que casi nadie reclama. Cruces llenas de pasiones, ermitas hoy solitarias, son tantas las emociones que las ves extraordinarias. Para comprender los ríos, el agua deja sus huellas, al sentir escalofríos en las noches que son bellas. G X Cantalapiedra.