CAMINOS QUE VAN AL BURGO DE OSMA
Desde los altos de Ayllón presientes bellos caminos, que te darán la razón sin comprender muchos signos. Caminos que dejan huellas sobre las tierras de Soria, donde las tardes más bellas se quedan en la memoria. Sin prejuicios ni lamentos recorres esos caminos, donde se viven momentos que algunos llaman divinos. El Burgo de Osma marcando muchos sueños peregrinos, el viento viene dejando el valor de muchos pinos. Estas tierras castellanas que saben de sufrimiento, hacen buenas las mañanas, donde resurge el aliento. Caminos de Los Templarios, tiempos que fueron movidos, cruces con duros calvarios en terrenos muy queridos. Siglos marcando senderos, caballos en sus caminos, valerosos caballeros que defendieron sus signos. El Burgo tiene leyendas cargadas de compromisos, donde se pisan las sendas que ayer sufrieron avisos. Caminos con los sudores de los viejos campesinos, que nacieron labradores sin querer ser adivinos. Estos caminos al Burgo entre pinares queridos, con algún carro de yugo y muleros entendidos. Recordando sus andadas entre los campos erguidos, fueron muchas las jornadas de nunca verse elegidos. Desde Los Altos de Ayllón el viento se ve perdido, y nos tiembla el corazón al ver el Burgo escondido. Hoy quedan las carreteras, se olvidaron los caminos, en las bellas primaveras nadie quiere desatinos. El Burgo marca paisajes con Atalaya y Castillo, Uxama sabe de anclajes y el Ucero nos da brillo. Desde Los Altos de Ayllón nadie quiere pesimismo, lo nota bien la razón de no conocer abismo. G X Cantalapiedra.
Desde los altos de Ayllón presientes bellos caminos, que te darán la razón sin comprender muchos signos. Caminos que dejan huellas sobre las tierras de Soria, donde las tardes más bellas se quedan en la memoria. Sin prejuicios ni lamentos recorres esos caminos, donde se viven momentos que algunos llaman divinos. El Burgo de Osma marcando muchos sueños peregrinos, el viento viene dejando el valor de muchos pinos. Estas tierras castellanas que saben de sufrimiento, hacen buenas las mañanas, donde resurge el aliento. Caminos de Los Templarios, tiempos que fueron movidos, cruces con duros calvarios en terrenos muy queridos. Siglos marcando senderos, caballos en sus caminos, valerosos caballeros que defendieron sus signos. El Burgo tiene leyendas cargadas de compromisos, donde se pisan las sendas que ayer sufrieron avisos. Caminos con los sudores de los viejos campesinos, que nacieron labradores sin querer ser adivinos. Estos caminos al Burgo entre pinares queridos, con algún carro de yugo y muleros entendidos. Recordando sus andadas entre los campos erguidos, fueron muchas las jornadas de nunca verse elegidos. Desde Los Altos de Ayllón el viento se ve perdido, y nos tiembla el corazón al ver el Burgo escondido. Hoy quedan las carreteras, se olvidaron los caminos, en las bellas primaveras nadie quiere desatinos. El Burgo marca paisajes con Atalaya y Castillo, Uxama sabe de anclajes y el Ucero nos da brillo. Desde Los Altos de Ayllón nadie quiere pesimismo, lo nota bien la razón de no conocer abismo. G X Cantalapiedra.