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SOMBRAS DEL PASADO RENQUEANTES
No podemos ir pensando en viejas calamidades,
ni sentir que van volando muchas temidas verdades.
Como polvo del camino de La Ribera del Duero,
notamos el desatino del cariño verdadero.
Sombras, cruces, y alamares pueden seguir caminando,
a veces soñamos mares que nos dejan tiritando.
Y vamos viendo renqueantes a muchos amigos viejos,
que ayer fueron muy distantes de poder tener complejos.
Sombras cargadas de penas van andando por las calles,
sin querer romper cadenas son terribles los detalles.
A nada ponemos precio cuando suena la tormenta,
ni abrazamos el desprecio si solo el dolor aumenta.
Por La Ribera del Duero los álamos van silbando,
en la orilla del Ucero El Burgo sigue pensando.
La tierra donde pisamos nos deja siempre recuerdos,
a veces nos abrazamos a ciertos momentos cuerdos.
Piedras llenas de leyendas de los viejos moradores,
lugares donde sus sendas conocieron sus traidores.
La tierra marca senderos cargados de voluntades,
piedras que fueron letreros sin querer decir maldades.
Desde lejos van brillando las penosas soledades,
el amor se va incubando para saber de bondades.
Suenan gritos desgarrados en las tierras del Ucero,
son lamentos amarrados al sufrido ROMANCERO.
Cuando los vientos azuzan sobre los grandes pinares,
dicen que cantan lechuzas para alegrar los hogares.
Los grajos siguen volando sobre la tierra labrada,
puede que vayan logrando comida medio enterrada.
El pasado se despierta con sus costumbres marcadas,
dejando su puerta abierta entre brisas encantadas.
El Ucero caminando por estas tierras sorianas,
su lenguaje va grabando las costumbres castellanas.
G X Cantalapiedra.
No podemos ir pensando en viejas calamidades,
ni sentir que van volando muchas temidas verdades.
Como polvo del camino de La Ribera del Duero,
notamos el desatino del cariño verdadero.
Sombras, cruces, y alamares pueden seguir caminando,
a veces soñamos mares que nos dejan tiritando.
Y vamos viendo renqueantes a muchos amigos viejos,
que ayer fueron muy distantes de poder tener complejos.
Sombras cargadas de penas van andando por las calles,
sin querer romper cadenas son terribles los detalles.
A nada ponemos precio cuando suena la tormenta,
ni abrazamos el desprecio si solo el dolor aumenta.
Por La Ribera del Duero los álamos van silbando,
en la orilla del Ucero El Burgo sigue pensando.
La tierra donde pisamos nos deja siempre recuerdos,
a veces nos abrazamos a ciertos momentos cuerdos.
Piedras llenas de leyendas de los viejos moradores,
lugares donde sus sendas conocieron sus traidores.
La tierra marca senderos cargados de voluntades,
piedras que fueron letreros sin querer decir maldades.
Desde lejos van brillando las penosas soledades,
el amor se va incubando para saber de bondades.
Suenan gritos desgarrados en las tierras del Ucero,
son lamentos amarrados al sufrido ROMANCERO.
Cuando los vientos azuzan sobre los grandes pinares,
dicen que cantan lechuzas para alegrar los hogares.
Los grajos siguen volando sobre la tierra labrada,
puede que vayan logrando comida medio enterrada.
El pasado se despierta con sus costumbres marcadas,
dejando su puerta abierta entre brisas encantadas.
El Ucero caminando por estas tierras sorianas,
su lenguaje va grabando las costumbres castellanas.
G X Cantalapiedra.