EL BURGO DE OSMA: UNA TARDE JUNTO AL UCERO...

UNA TARDE JUNTO AL UCERO
Vimos el agua corriendo
que nos dejó su sonido,
la tarde se iba muriendo
y El Burgo quedo dormido.
La tarde se fue marchando
con los álamos sonando,
el viento llego gritando
“dios mío que está pasando”.
El Ucero vi brillando
cuando termino la tarde,
el ambiente fue quedando
un sabor que no es en balde.
Las murallas de testigo,
La Atalaya allí radiante,
la tarde no fue castigo
en aquel bonito instante.
El Burgo marchaba erguido
sin ver nada delirante,
viendo el Abión perdido
sin soñar ser elegante.
El Ucero caminando
para llegar hasta el Duero,
sus aguas se van guardando
sin saber del ROMANCERO.
Por El Puente del Suicida
las aguas guardan silencio,
siendo la ruta perdida
que nadie sabe su precio.
Aguas que van escondidas,
pozos que se vuelven negros,
las mentes más compungidas
hablan de silencios serios.
Las aguas del Río Ucero
tienen rutas infernales,
luego verán que en el Duero
todas aguas son iguales.
G X Cantalapiedra.