EL BURGO DE OSMA: AQUEL HOMBRE JUBILADO...

AQUEL HOMBRE JUBILADO
Era el año de 1945, y aquel niño con solo seis años, le llevaron para tierras vascas, desde la provincia de Soria, en su pueblo de la zona del Burgo de Osma, apenas había trabajo para los jornaleros del campo, y la familia tuvo que inmigrar, para poder reconciliar su vida en aquellos años duros de la posguerra, con un sueldo digno, para poder vivir sin tantos agobios. Aquel hombre siendo joven se formó en los colegios de esa región del norte de España. Y desempeño su vida laboral en la tierra vasca. Al llegar el año 2004, y sentirse jubilado, pensó volver a su tierra donde él había nacido, y comentando a su esposa que era de la región de Asturias, sus ideas de darse un viaje por las tierras del Burgo de Osma. Donde siendo muy niño fallecieron sus abuelos, y en esa tierra fueron enterrados, Años después los padres de este hombre fallecieron en Vascongadas, donde descansarían para siempre, Más este hombre recién jubilado, se recordaba de algún paso de su niñez, y el recuerdo de sus abuelos le hacía sentirse un poco más aventurero. Con su coche utilitario, se dispuso a llegar a la zona del Burgo de Osma, donde se sentía forastero, queriendo recordar pasos de su niñez. En un pueblo cercano a El Burgo, nadie le conocía, eran muy pocas las familias que allí vivían, y ni siquiera preguntó por nadie, ya que no le quedaba ningún familiar cercano ni lejano. Era un verdadero turista, su esposa le comentó, no preguntes por nadie, ya que nadie te conoce ni sabe de vuestras vidas, sin embargo el hombre dio enseguida con el cementerio, donde pudo abrir sus puertas de hierro viejo y oxidado, y caminar hasta la tumba de sus abuelos, sus padres le comentaron toda aquella época de tristeza y penumbra, y el hombre aquel tenía en su mente, el lugar exacto de la tumba de sus abuelos. Una pequeña cruz de madera podrida, adornaba aquella tumba de hacia quizá más de 60 años, El hombre lloró y su esposa le acompaño con sus lágrimas. Fueron unos minutos muy duros, pero que hacía muchos años quería volver a recordar de cerca, El hombre y su esposa salieron de aquel pueblo con su corazón encogido, El drama del inmigrante nunca termina, por donde dejo sus raíces le marcaron las cicatrices, Nunca se elimina la tierra pisada, ni se determina la noche angustiada. G X Cantalapiedra.