EL CABALLO RELINCHANDO
Aquel caballo en la cuadra, relinchaba pregonando, en su grito iba dejando lo que la vida le daba. El caballo galopando destilaba la alegría, haciendo bonito el día, mientras seguía saltando. Yo no sé su larga marcha, pero siguió galopando, y en su carrera notando que la razón nos engancha. Desde la cuadra marcando sus bonitas esperanzas, iba bailando sus danzas al paso que galopando. Un caballo de carreras para seguir caminando, incluso va galopando sin entender de quimeras. El caballo relinchando era la pura alegría, mientras lanzaba armonía lograba seguir andando. Siempre noté fantasía en los caballos ligeros, que se ven aventureros sin querer tener porfía. Era tan precioso el día que el caballo galopando, supo que vivir trotando no era buena sintonía. Recorriendo el río Ucero el caballo era alegría, le vi siendo simpatía por el camino del Duero. Las murallas relucientes daban reflejos constantes, haciendo bellos instantes en las más curiosas mentes. Caballo que no galopa, ni amante que no da besos, debe de notar los pesos que puede costar su ropa. Un caballo galopando tiene alegre su figura, es tan bella su hermosura que teme seguir andando. G X Cantalapiedra.
Aquel caballo en la cuadra, relinchaba pregonando, en su grito iba dejando lo que la vida le daba. El caballo galopando destilaba la alegría, haciendo bonito el día, mientras seguía saltando. Yo no sé su larga marcha, pero siguió galopando, y en su carrera notando que la razón nos engancha. Desde la cuadra marcando sus bonitas esperanzas, iba bailando sus danzas al paso que galopando. Un caballo de carreras para seguir caminando, incluso va galopando sin entender de quimeras. El caballo relinchando era la pura alegría, mientras lanzaba armonía lograba seguir andando. Siempre noté fantasía en los caballos ligeros, que se ven aventureros sin querer tener porfía. Era tan precioso el día que el caballo galopando, supo que vivir trotando no era buena sintonía. Recorriendo el río Ucero el caballo era alegría, le vi siendo simpatía por el camino del Duero. Las murallas relucientes daban reflejos constantes, haciendo bellos instantes en las más curiosas mentes. Caballo que no galopa, ni amante que no da besos, debe de notar los pesos que puede costar su ropa. Un caballo galopando tiene alegre su figura, es tan bella su hermosura que teme seguir andando. G X Cantalapiedra.