LAS BRISAS DE LA OTOÑADA
En estas tierras sorianas
cargadas bien de leyendas,
sientes frías las mañanas
si caminas por sus sendas.
El Duero marcha incansable
por las tierras de La Rasa,
y El Ucero más amable
sus aguas se las traspasa.
Entre piedras caminando
por la antigua carretera,
van los vientos castigando
incluso en la primavera.
Por “El Puente del Suicida”
se nota bien la distancia,
en esa tierra elegida
la vida te da arrogancia.
Brisas que vienen corriendo
por aquellas explanadas,
La Güera viene sintiendo
olor a buenas manzanas.
Las heladas se presentan
sin explicar sus andadas,
si los calores se ausentan
habrá noches escarchadas.
Los ríos siguen corriendo,
las lluvias son admiradas,
el otoño va fingiendo
con nubes enmarañadas.
El Burgo no se detiene
ni le teme a las heladas,
dicen que el frío conviene
en muchísimas jornadas.
Murallas que cortan vientos,
calles de losas cuidadas,
otoño con sentimientos
para mentes delicadas.
G X Cantalapiedra.
En estas tierras sorianas
cargadas bien de leyendas,
sientes frías las mañanas
si caminas por sus sendas.
El Duero marcha incansable
por las tierras de La Rasa,
y El Ucero más amable
sus aguas se las traspasa.
Entre piedras caminando
por la antigua carretera,
van los vientos castigando
incluso en la primavera.
Por “El Puente del Suicida”
se nota bien la distancia,
en esa tierra elegida
la vida te da arrogancia.
Brisas que vienen corriendo
por aquellas explanadas,
La Güera viene sintiendo
olor a buenas manzanas.
Las heladas se presentan
sin explicar sus andadas,
si los calores se ausentan
habrá noches escarchadas.
Los ríos siguen corriendo,
las lluvias son admiradas,
el otoño va fingiendo
con nubes enmarañadas.
El Burgo no se detiene
ni le teme a las heladas,
dicen que el frío conviene
en muchísimas jornadas.
Murallas que cortan vientos,
calles de losas cuidadas,
otoño con sentimientos
para mentes delicadas.
G X Cantalapiedra.