ESTOS FRÍOS OTOÑALES DEL BURGO
Vienen dejando sorpresas
sobre los campos sembrados,
donde las lluvias regresan
en los días encantados.
Cuando las noches despiertan
a pájaros carroñeros,
los vientos gritan y alientan
muchos sueños altaneros.
Vienen corriendo los ríos
para llegar hasta El Duero,
no les importan los fríos
a las gentes con dinero.
Viene el Ucero corriendo,
El Abión va ligero,
El Duero sigue fingiendo
ser cuna de Romancero.
Cuando la tarde ensombrece
sobre los campos sorianos,
en El Burgo prevalece
muchos vientos castellanos.
Los lamentos se evaporan
entre brisas escarchadas,
y los campos se decoran
con las lluvias anheladas.
Pinos que buscan frescura,
tierras siempre visitadas,
no son tiempos de amargura
en estas zonas sembradas.
El Burgo de Osma buscando
los caminos de la vida,
sin querer ver olvidando
mucha senda florecida.
Caminos con sus rastrojos
que serán senda querida,
aquí no valen enojos
ni ver la vida perdida.
G X Cantalapiedra.
Vienen dejando sorpresas
sobre los campos sembrados,
donde las lluvias regresan
en los días encantados.
Cuando las noches despiertan
a pájaros carroñeros,
los vientos gritan y alientan
muchos sueños altaneros.
Vienen corriendo los ríos
para llegar hasta El Duero,
no les importan los fríos
a las gentes con dinero.
Viene el Ucero corriendo,
El Abión va ligero,
El Duero sigue fingiendo
ser cuna de Romancero.
Cuando la tarde ensombrece
sobre los campos sorianos,
en El Burgo prevalece
muchos vientos castellanos.
Los lamentos se evaporan
entre brisas escarchadas,
y los campos se decoran
con las lluvias anheladas.
Pinos que buscan frescura,
tierras siempre visitadas,
no son tiempos de amargura
en estas zonas sembradas.
El Burgo de Osma buscando
los caminos de la vida,
sin querer ver olvidando
mucha senda florecida.
Caminos con sus rastrojos
que serán senda querida,
aquí no valen enojos
ni ver la vida perdida.
G X Cantalapiedra.