RECORDANDO LA PANDEMIA DE 1918,
Debemos tener presente
aquellos tristes momentos,
donde llegó mucha muerte
incluso con sufrimientos.
Dos años de ser esclavos
de una pandemia maldita,
que ajusto mucho sus clavos
y que el recuerdo nos grita.
Sin respetar animales
llegó dañando a la gente,
en sus días más normales
era tétrico su ambiente.
Fueron tiempos temerosos
de aquella dura tragedia,
con momentos horrorosos
sin vacuna que remedia.
Cuando escuchamos la historia
de aquellos años penosos,
se nos viene a la memoria
estos tiempos maliciosos.
Notamos que la pandemia
deja las puertas cerradas,
y no es ninguna comedia
estas noticias marcadas.
Las pandemias son testigos
que van dejando sus muertos,
alguien habló de castigos
en los momentos inciertos.
La Madre Naturaleza
viene dejando suspiros,
y marca su fortaleza
sin explicar grandes giros.
La pandemia no termina
ni quiere borrar sus daños,
solo el tiempo la elimina
con el paso de los años.
G X Cantalapiedra
Debemos tener presente
aquellos tristes momentos,
donde llegó mucha muerte
incluso con sufrimientos.
Dos años de ser esclavos
de una pandemia maldita,
que ajusto mucho sus clavos
y que el recuerdo nos grita.
Sin respetar animales
llegó dañando a la gente,
en sus días más normales
era tétrico su ambiente.
Fueron tiempos temerosos
de aquella dura tragedia,
con momentos horrorosos
sin vacuna que remedia.
Cuando escuchamos la historia
de aquellos años penosos,
se nos viene a la memoria
estos tiempos maliciosos.
Notamos que la pandemia
deja las puertas cerradas,
y no es ninguna comedia
estas noticias marcadas.
Las pandemias son testigos
que van dejando sus muertos,
alguien habló de castigos
en los momentos inciertos.
La Madre Naturaleza
viene dejando suspiros,
y marca su fortaleza
sin explicar grandes giros.
La pandemia no termina
ni quiere borrar sus daños,
solo el tiempo la elimina
con el paso de los años.
G X Cantalapiedra