ESTAS FECHAS DE PANDEMIA EN EL BURGO DE OSMA
La Madre Naturaleza viene marcando destinos, y no se nota nobleza en sus negros desatinos.
La pandemia va creciendo lo pregonan los vecinos, el virus llegó corriendo sin explicar ciertos signos.
Como rayos en la noche los virus fueron llegando, las gentes lanzan reproches cuando les van marginando.
Esta pandemia asesina que viene a veces matando, nadie la siente divina al ver que llega dañando.
Las personas van sufriendo al saber cómo las gasta, dicen que llega fingiendo y a la pandemia la basta.
El Burgo va preguntando si podremos hoy borrarla, el viento va contestando “la salud hay que cuidarla”.
Sin conocer calendario de su trágico camino, la sufrimos de calvario sin esperar su mal signo.
Estos caminos sorianos cargados de soledades, soñamos con verles sanos en diferentes edades.
El Ucero va crecido sin poder frenar la peste, es un río muy querido que nunca nadie le reste.
Entre palabras sensatas caminamos por sus Puentes, donde no valen bravatas ni querer ser penitentes.
La Catedral de testigo, ya supo de otras pandemias, más nunca las vio castigo ni mucho menos comedias.
Losas de viejas murallas que conocen sufrimientos, fechas de algunas batallas que dejaron siempre muertos.
La Madre Naturaleza deja recuerdos marcados, y es grande su fortaleza al ver humanos dañados.
Soñaremos esperanza en el Año venidero, sin querer ver la balanza de este virus traicionero. G X Cantalapiedra. 26 – 12 – 2021.
La Madre Naturaleza viene marcando destinos, y no se nota nobleza en sus negros desatinos.
La pandemia va creciendo lo pregonan los vecinos, el virus llegó corriendo sin explicar ciertos signos.
Como rayos en la noche los virus fueron llegando, las gentes lanzan reproches cuando les van marginando.
Esta pandemia asesina que viene a veces matando, nadie la siente divina al ver que llega dañando.
Las personas van sufriendo al saber cómo las gasta, dicen que llega fingiendo y a la pandemia la basta.
El Burgo va preguntando si podremos hoy borrarla, el viento va contestando “la salud hay que cuidarla”.
Sin conocer calendario de su trágico camino, la sufrimos de calvario sin esperar su mal signo.
Estos caminos sorianos cargados de soledades, soñamos con verles sanos en diferentes edades.
El Ucero va crecido sin poder frenar la peste, es un río muy querido que nunca nadie le reste.
Entre palabras sensatas caminamos por sus Puentes, donde no valen bravatas ni querer ser penitentes.
La Catedral de testigo, ya supo de otras pandemias, más nunca las vio castigo ni mucho menos comedias.
Losas de viejas murallas que conocen sufrimientos, fechas de algunas batallas que dejaron siempre muertos.
La Madre Naturaleza deja recuerdos marcados, y es grande su fortaleza al ver humanos dañados.
Soñaremos esperanza en el Año venidero, sin querer ver la balanza de este virus traicionero. G X Cantalapiedra. 26 – 12 – 2021.