ESTAMOS SUFRIENDO LA PANDEMIA
Vamos notando los llantos
de muchos seres humanos,
que sufren los sobresaltos
mientras les tiemblan las manos.
Este virus asesino
cargado de penitencia,
no puede ser adivino
ni pregonar indulgencia.
La Madre Naturaleza
tiene los ojos vendados,
y sin hablar de torpeza
muchos seres son dañados.
Viene dejando sus huellas
por los caminos del mundo,
donde brillan las estrellas
sin ver virus vagabundo.
Noches de fuerte calvario
para personas normales,
que no ganan el salario
siendo sus pasos fatales.
La pandemia no termina
ni quiere cambiar su paso,
ella solo determina
ir abrazando el fracaso.
Esta epidemia maldita
que va soltando zarpazos,
nadie la siente que grita,
ella solo rompe lazos.
Por esas tierras sorianas
entre pinares gozosos,
se ven frías las mañanas
con sus fríos horrorosos.
G X Cantalapiedra.
Vamos notando los llantos
de muchos seres humanos,
que sufren los sobresaltos
mientras les tiemblan las manos.
Este virus asesino
cargado de penitencia,
no puede ser adivino
ni pregonar indulgencia.
La Madre Naturaleza
tiene los ojos vendados,
y sin hablar de torpeza
muchos seres son dañados.
Viene dejando sus huellas
por los caminos del mundo,
donde brillan las estrellas
sin ver virus vagabundo.
Noches de fuerte calvario
para personas normales,
que no ganan el salario
siendo sus pasos fatales.
La pandemia no termina
ni quiere cambiar su paso,
ella solo determina
ir abrazando el fracaso.
Esta epidemia maldita
que va soltando zarpazos,
nadie la siente que grita,
ella solo rompe lazos.
Por esas tierras sorianas
entre pinares gozosos,
se ven frías las mañanas
con sus fríos horrorosos.
G X Cantalapiedra.