RESOLVIENDO VIEJAS DUDAS.
Aquel hombre ya mayor, queriendo encontrar sus dudas,
intento romper rencor al ver jornadas absurdas.
Cuando se pasan los años, entre palabras agudas,
y notas que duelen daños de las penosas locuras.
Caminar por ciertas calles que no parecen oscuras,
y sufrir esos detalles de las penosas diabluras.
Como buscar el pasado, como guardar amarguras,
como verse condenado en las grises singladuras.
Ya no le sirven leyendas, ni quiere más travesuras,
no quiere sentir las riendas de las mentes sin corduras.
Pisar piedras del pasado, sentir algunas heridas,
y verse más limitado, en las tristes despedidas.
Abrazando su destino, saber que existe la inquina,
y despreciar el camino desde el valle a la colina.
La duda llevaba dentro, era pura gasolina,
pensando siempre en su centro sin importarle su clima.
Una noche de silencio, sin olvidar su penumbra,
no quiere sentirse necio mientras un farol alumbra.
Mira la noche estrellada, su recuerdo le perdura,
en su vida condenada tuvo ratos de locura.
Ya pasaron muchos años, las piedras siguen erguidas,
y se olvidaron los daños de las mentes deprimidas.
Las cuentas quedaron rotas, y con ellas muchas vidas,
nadie quiere poner cotas ni hablar de rutas perdidas.
G X Cantalapiedra.
Aquel hombre ya mayor, queriendo encontrar sus dudas,
intento romper rencor al ver jornadas absurdas.
Cuando se pasan los años, entre palabras agudas,
y notas que duelen daños de las penosas locuras.
Caminar por ciertas calles que no parecen oscuras,
y sufrir esos detalles de las penosas diabluras.
Como buscar el pasado, como guardar amarguras,
como verse condenado en las grises singladuras.
Ya no le sirven leyendas, ni quiere más travesuras,
no quiere sentir las riendas de las mentes sin corduras.
Pisar piedras del pasado, sentir algunas heridas,
y verse más limitado, en las tristes despedidas.
Abrazando su destino, saber que existe la inquina,
y despreciar el camino desde el valle a la colina.
La duda llevaba dentro, era pura gasolina,
pensando siempre en su centro sin importarle su clima.
Una noche de silencio, sin olvidar su penumbra,
no quiere sentirse necio mientras un farol alumbra.
Mira la noche estrellada, su recuerdo le perdura,
en su vida condenada tuvo ratos de locura.
Ya pasaron muchos años, las piedras siguen erguidas,
y se olvidaron los daños de las mentes deprimidas.
Las cuentas quedaron rotas, y con ellas muchas vidas,
nadie quiere poner cotas ni hablar de rutas perdidas.
G X Cantalapiedra.