EL BURGO DE OSMA: SE VINO LA NOCHE ENCIMA...

SE VINO LA NOCHE ENCIMA
Eran las diez de la noche, del año 1974, cuando aquellos dos matrimonios, venidos de Madrid, intentaban bajar del Castillo Fortaleza de Gormaz. En aquel mes de agosto casi a finales, cuando sintieron un frío extraño y racheado, que les hizo pensar en que estaban en Soria, una tierra fría y encima del Río Duero, donde en la oscuridad, no le podían divisar, tan solo estaban intentando bajar por La Calzada Romana, que baja desde el pequeño pueblo de Gormaz, hasta el Puente Romano, hoy en día peatonal, De pronto divisaron como un rayo de tormenta, que les dejó sin visibilidad, e intentaron mirar hacía su recorrido, que parecía se iba a estrellar contra las murallas de dicho Castillo, Pero siendo tan rápido no fue así, si no que parece que paso por encima, o quizá aterrizo sobre el gran campo que tiene esa Fortaleza Califal. Los dos matrimonios se quedaron sin saber que era aquel rayo de luz que les despisto, de donde venía, y cuál era su propósito, Más no tardaron mucho en terminar dicha bajada, que es peligrosa incluso por el día, y mucho más por la noche, Al llegar al Puente Romano, donde parecían haber dejado su SEAT 600, se dirigieron al coche, e intentaron regresar hasta El Burgo de Osma, eso sí, con el miedo dentro del cuerpo, ya que al pasar por el pinar que existe junto al Duero, Un jabalí, bastante grande, como de unos 80, kilos, se cruzo delante del coche, que aunque intento frenar, solo la velocidad del animal les salvo de un percance seguro, con el miedo de compañero, siguieron camino, y al pasar por la cuesta donde estaba el basurero del Burgo, las brasas y el humo hacían un perfecto caos sobre la estrecha carretera. Los dos matrimonios se confesaban en el coche, hablando de aquel rayo de luz misterioso, que se perdió trans las murallas de ese recinto Fortaleza Califal, tenían miedo de aquel recorrido, que tanto habían querido pisar, y decidieron no comentar a nadie su visibilidad, ni lo que pensaron de aquel objeto tan rápido y raro, Todo fue como una rara tormenta de verano, que quizá Almanzor pasaría hace unos mil y pico años. Los misterios nocturnos, se quedan a veces en la imaginación de las mentes, que no saben descifrar los acontecimientos que se les presentan en algunos momentos. G X Cantalapiedra.