EL RÍO ABIÓN YA LLEVA AGUA
Han sido tiempos muy duros con el verano sufriendo, El Abión de testigo nos pareció verle muerto, sin agua que nos dejara otros nuevos pensamientos. Desde La Fuentona caminando, y el agua se fue corriendo, muchos humanos pensando que es lo que viene sufriendo. El Ucero más garboso lo esperaba trajinando, en sus entrañas presentía ver el caudal tan secado. Las piedras se ven mojadas entre brillos permanentes, hay muchas sombras dañadas que dudan de su corriente. El Duero sigue esperando esas aguas trasparentes, que solo se van quedando para que riegue la gente. El Abión no se altera al sentirse abandonado, dicen que se desespera cuando se ve acorralado. Este Río solitario que corre por los senderos, a veces sufre el calvario de estos tiempos pasajeros. Nadie reclama sus aguas, ni los signos pendencieros, entre molinos y fraguas sus pasos son embusteros. El Abión se lamenta de conocer otros tiempos, donde corrieron sus aguas divisando viejos templos. Todo se pasa en la vida, suele pasar hasta el viento, es una etapa perdida que puede romper aliento.
El Ucero va marcando otros ritmos pasajeros, que también fueron llegando sin alterar los senderos. Estos ríos tan sorianos conocen los fríos vientos, y se sienten castellanos, aunque lleven sufrimientos.
G X Cantalapiedra.
Han sido tiempos muy duros con el verano sufriendo, El Abión de testigo nos pareció verle muerto, sin agua que nos dejara otros nuevos pensamientos. Desde La Fuentona caminando, y el agua se fue corriendo, muchos humanos pensando que es lo que viene sufriendo. El Ucero más garboso lo esperaba trajinando, en sus entrañas presentía ver el caudal tan secado. Las piedras se ven mojadas entre brillos permanentes, hay muchas sombras dañadas que dudan de su corriente. El Duero sigue esperando esas aguas trasparentes, que solo se van quedando para que riegue la gente. El Abión no se altera al sentirse abandonado, dicen que se desespera cuando se ve acorralado. Este Río solitario que corre por los senderos, a veces sufre el calvario de estos tiempos pasajeros. Nadie reclama sus aguas, ni los signos pendencieros, entre molinos y fraguas sus pasos son embusteros. El Abión se lamenta de conocer otros tiempos, donde corrieron sus aguas divisando viejos templos. Todo se pasa en la vida, suele pasar hasta el viento, es una etapa perdida que puede romper aliento.
El Ucero va marcando otros ritmos pasajeros, que también fueron llegando sin alterar los senderos. Estos ríos tan sorianos conocen los fríos vientos, y se sienten castellanos, aunque lleven sufrimientos.
G X Cantalapiedra.