AQUELLOS AÑOS CUANDO LOS HIJOS…
Aquellos años cuando los hijos que fueron emigrantes volvían buscando a su familia para pasar la Navidad con ellos. Eran años de juventud que soñaba esperanza de progresar, trabajando día a día para abrirse camino en la vida de la gran ciudad. Eran tiempos de nevadas en las mesetas castellanas, donde los coches de línea tenían problemas, pero así y todo se lograba llegar a los domicilios de los padres, para celebrar estas fiestas tan tradicionales, que tanto tiempo esperabas, para poder reunirse, y cada cual contar sus episodios. Fueron tiempos duros, con muchas horas trabajadas al día, incluso hubo quien doblaba el trabajo para poder ahorrar y comprarse un piso, que en aquellos años era lo principal para vivir sin tantos agobios. Las grandes ciudades se veían invadidas de gente joven, que pensaban afincarse en aquella forma de vida, donde la mayoría de la juventud enseguida encontró su situación estable, y una forma de vida que te diera dignidad como persona, Ahora que pasaron muchos años nos damos cuenta de aquellas situaciones que fueron lamentables, donde se vivía de patrona, o con derecho a cocina, para poder subsistir, ya que la vida entonces era cara para las personas emigrantes de los lugares rurales. A veces con poca preparación cultural, y otras veces con falta de trabajo de lo que algunos desarrollaron en su tierra. La Navidad no era el cenar esa noche buena mejor que el resto del año, si no el encontrarse bajo el mismo techo de donde precisamente habían vivido de niños o incluso de jóvenes. Las personas que lo conocimos y vivimos entonces, ahora no nos parece tan raro, cuando los emigrantes de otras tierras desean volver a ver a sus familiares, la historia se repite, aunque con más distancia, y eso que los medios de locomoción han mejorado en velocidad y tiempo. Más se notan las mismas inquietudes, y los mismos sentimientos. FELICES
NAVIDADES PARA TODOS LOS HUMANOS CON BUENA VOLUNTAD. G X Cantalapiedra. 12 – 12 – 2022.
Aquellos años cuando los hijos que fueron emigrantes volvían buscando a su familia para pasar la Navidad con ellos. Eran años de juventud que soñaba esperanza de progresar, trabajando día a día para abrirse camino en la vida de la gran ciudad. Eran tiempos de nevadas en las mesetas castellanas, donde los coches de línea tenían problemas, pero así y todo se lograba llegar a los domicilios de los padres, para celebrar estas fiestas tan tradicionales, que tanto tiempo esperabas, para poder reunirse, y cada cual contar sus episodios. Fueron tiempos duros, con muchas horas trabajadas al día, incluso hubo quien doblaba el trabajo para poder ahorrar y comprarse un piso, que en aquellos años era lo principal para vivir sin tantos agobios. Las grandes ciudades se veían invadidas de gente joven, que pensaban afincarse en aquella forma de vida, donde la mayoría de la juventud enseguida encontró su situación estable, y una forma de vida que te diera dignidad como persona, Ahora que pasaron muchos años nos damos cuenta de aquellas situaciones que fueron lamentables, donde se vivía de patrona, o con derecho a cocina, para poder subsistir, ya que la vida entonces era cara para las personas emigrantes de los lugares rurales. A veces con poca preparación cultural, y otras veces con falta de trabajo de lo que algunos desarrollaron en su tierra. La Navidad no era el cenar esa noche buena mejor que el resto del año, si no el encontrarse bajo el mismo techo de donde precisamente habían vivido de niños o incluso de jóvenes. Las personas que lo conocimos y vivimos entonces, ahora no nos parece tan raro, cuando los emigrantes de otras tierras desean volver a ver a sus familiares, la historia se repite, aunque con más distancia, y eso que los medios de locomoción han mejorado en velocidad y tiempo. Más se notan las mismas inquietudes, y los mismos sentimientos. FELICES
NAVIDADES PARA TODOS LOS HUMANOS CON BUENA VOLUNTAD. G X Cantalapiedra. 12 – 12 – 2022.