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UN AMIGO ME CONTABA
Han pasado más de treinta años de aquella fecha lejana, era por el mes de agosto a las tres de la mañana. Iba en coche circulando y el sueño le acariciaba, más notó que estaba ausente por una fuerza profana. Tuvo miedo por su vida temiendo la noche extraña, más pasaron 25, kilómetros entre llanuras, curvas, alamedas y poblaciones cercanas. Apenas toco el volante, la noche le iluminaba, era correr sin el broche de aquella tierra soriana. En El Puente del Romancero, el coche se le frenaba, eran las aguas del Duero que por allí circulaban. Como un camino sin rumbo, como una noche marcada, ahora recuerda el disgusto, de aquella seria jornada. A las tres de la mañana, sin esperar ver milagros, ni sonido de campanas, una rara pesadilla le toco conciencia y alma. Hoy la mente se revuelve, si la memoria no engaña, aquella noche se entiende sin pensar en las patrañas. Como puede ser posible, si su coche no volaba, su motor sin meter ruido por el aire circulaba. Hay momentos que suspiras cuando dicen que no engañan, las noches parecen días sobre cañadas sorianas. Correr veinticinco kilómetros siempre llevan ciertas ganas, los ruidos fueron callados en aquella madrugada, más el llegar aquel Puente, apenas si tardo nada, Empezó teniendo miedo, la memoria le fallaba, dicen que tuvo sus sueños que con café despertaba, No quiso contar a nadie aquella preciosa hazaña, ni decir que fue volando una noche marginada. Al llegar a su destino, miro despacio su carga, ni un rasguño se veía ni sus ruedas eran fraguas. El miedo le pretendía como una señal guardada, y la noche le decía la cama sigue cercana. Mi amigo quedó pensando en noches que son extrañas, entre barrancos y piedras que ni su coche tocaban. Es un amigo de siempre de esos que te dejan calma, su historia quedó perdida sobre preciosas montañas. La historia de los misterios pudiera ser muy contada, los muertos en cementerios tienen fecha recordada. No vale gritar al viento ni pensar en negras travas, la noche tiene su aliento que puede marcar distancia. G X Cantalapiedra.
Han pasado más de treinta años de aquella fecha lejana, era por el mes de agosto a las tres de la mañana. Iba en coche circulando y el sueño le acariciaba, más notó que estaba ausente por una fuerza profana. Tuvo miedo por su vida temiendo la noche extraña, más pasaron 25, kilómetros entre llanuras, curvas, alamedas y poblaciones cercanas. Apenas toco el volante, la noche le iluminaba, era correr sin el broche de aquella tierra soriana. En El Puente del Romancero, el coche se le frenaba, eran las aguas del Duero que por allí circulaban. Como un camino sin rumbo, como una noche marcada, ahora recuerda el disgusto, de aquella seria jornada. A las tres de la mañana, sin esperar ver milagros, ni sonido de campanas, una rara pesadilla le toco conciencia y alma. Hoy la mente se revuelve, si la memoria no engaña, aquella noche se entiende sin pensar en las patrañas. Como puede ser posible, si su coche no volaba, su motor sin meter ruido por el aire circulaba. Hay momentos que suspiras cuando dicen que no engañan, las noches parecen días sobre cañadas sorianas. Correr veinticinco kilómetros siempre llevan ciertas ganas, los ruidos fueron callados en aquella madrugada, más el llegar aquel Puente, apenas si tardo nada, Empezó teniendo miedo, la memoria le fallaba, dicen que tuvo sus sueños que con café despertaba, No quiso contar a nadie aquella preciosa hazaña, ni decir que fue volando una noche marginada. Al llegar a su destino, miro despacio su carga, ni un rasguño se veía ni sus ruedas eran fraguas. El miedo le pretendía como una señal guardada, y la noche le decía la cama sigue cercana. Mi amigo quedó pensando en noches que son extrañas, entre barrancos y piedras que ni su coche tocaban. Es un amigo de siempre de esos que te dejan calma, su historia quedó perdida sobre preciosas montañas. La historia de los misterios pudiera ser muy contada, los muertos en cementerios tienen fecha recordada. No vale gritar al viento ni pensar en negras travas, la noche tiene su aliento que puede marcar distancia. G X Cantalapiedra.