AQUEL HOMBRE QUE CONTÓ SU HISTORIA
Eran fechas de primero de agosto, y en una céntrica carnicería del Burgo de Osma, de la Calle Mayor, del año quizá 1979. Aquel hombre más bien fuerte y con una edad de unos cuarenta años, explico. Anoche sobre las tres de la madrugada viniendo al Burgo desde San Leonardo, noté sentirme dormido entre la carretera de los enebros antes de llegar a La Cuesta de La Galiana, donde no recuerdo ni como baje con tantas curvas, solo recuerdo de anoche que me desperté viendo de cerca el Burgo de Osma, El carnicero amablemente le contesto por su nombre, y le dijo, seguro que estabas despierto y no te enterarías, si no te habrías despeñado por esos terribles precipicios. Otro hombre testigo escuchaba la conversación aquella, que le daba a él pie a su propia historia nocturna, Aquel hombre que no se acordaba de haber pasado por el pueblo de Ucero ni Valdemaluque, y comentó, ni sentía el motor del coche, solo un estado de bienestar placentero, de los que no te gusta salir de ahí, aunque no se ni como me desperté al estar cerca del Burgo de Osma, Aquel hombre le había atendido el carnicero, y al marcharse aquel martes, del local de la carnicería el carnicero comentó, este amigo mío debe de ver muchas películas de ovnis, y ciencia ficción, ninguna persona de las que allí estaban esperando a ser atendidas dijeron nada, se callaron como si aquel misterio pudiera ser cierto, Creo que el ser humano a veces no se para a reflexionar, sobre todo a esas horas de la noche casi ya de madrugada, ya que amanece sobre las seis de la madrugada en esas fechas de agosto de primero de mes, los turistas abundan por esas zonas de la provincia de Soria, y recorren los lugares más insólitos, Más los misterios se quedan ocultos, y la noche por esas carreteras solitarias, a veces te dan miedo, temes encontrarte con animales salvajes o aves carroñeras que te pudieran dar un gran susto, además de liebres que se estrellan contra el coche, dándote algún disgusto. Aquel martes de primeros de agosto, se me quedo gravado en la memoria.
G X Cantalapiedra.
Eran fechas de primero de agosto, y en una céntrica carnicería del Burgo de Osma, de la Calle Mayor, del año quizá 1979. Aquel hombre más bien fuerte y con una edad de unos cuarenta años, explico. Anoche sobre las tres de la madrugada viniendo al Burgo desde San Leonardo, noté sentirme dormido entre la carretera de los enebros antes de llegar a La Cuesta de La Galiana, donde no recuerdo ni como baje con tantas curvas, solo recuerdo de anoche que me desperté viendo de cerca el Burgo de Osma, El carnicero amablemente le contesto por su nombre, y le dijo, seguro que estabas despierto y no te enterarías, si no te habrías despeñado por esos terribles precipicios. Otro hombre testigo escuchaba la conversación aquella, que le daba a él pie a su propia historia nocturna, Aquel hombre que no se acordaba de haber pasado por el pueblo de Ucero ni Valdemaluque, y comentó, ni sentía el motor del coche, solo un estado de bienestar placentero, de los que no te gusta salir de ahí, aunque no se ni como me desperté al estar cerca del Burgo de Osma, Aquel hombre le había atendido el carnicero, y al marcharse aquel martes, del local de la carnicería el carnicero comentó, este amigo mío debe de ver muchas películas de ovnis, y ciencia ficción, ninguna persona de las que allí estaban esperando a ser atendidas dijeron nada, se callaron como si aquel misterio pudiera ser cierto, Creo que el ser humano a veces no se para a reflexionar, sobre todo a esas horas de la noche casi ya de madrugada, ya que amanece sobre las seis de la madrugada en esas fechas de agosto de primero de mes, los turistas abundan por esas zonas de la provincia de Soria, y recorren los lugares más insólitos, Más los misterios se quedan ocultos, y la noche por esas carreteras solitarias, a veces te dan miedo, temes encontrarte con animales salvajes o aves carroñeras que te pudieran dar un gran susto, además de liebres que se estrellan contra el coche, dándote algún disgusto. Aquel martes de primeros de agosto, se me quedo gravado en la memoria.
G X Cantalapiedra.