LA MUERTE NO ERA EL CAMINO
Han pasado más de dos siglos, y aquel joven agricultor y ganadero estaba desplazado a El Burgo de Osma, para vender unos corderos que llevaba en su carro de varas, más al estar camino del bar donde pensaba comer, sintió los ecos de unas herraduras de caballo, que montaba su padre, que con prisa le decía, para el carro, y súbete en esta montura, para que vuelvas a nuestro pueblo, tu novia acaba de fallecer de un fallo del corazón, El joven se quedó perplejo, no sabia si llorar o gritar en aquella calle del Burgo, donde sin tardar ni un minuto salió corriendo en dirección a su pueblo. En el camino el caballo galopaba y de vez en cuando caminaba al paso, pero los ojos del joven eran una fuente de lágrimas, el joven aquel pensaba, se me han roto todas mis ilusiones, no encuentro razones para tan mala fatalidad, Fueron más de dos horas de camino sobre aquel caballo, que soltaba sudor y su pelo medio marrón parecía blanco del esfuerzo, Aunque dicho caballo parecía haber entendido tan desagradable noticia, y en sus ojos se notaban como lagrimas pesarosas de aquel día, que ya seria terrible el recordarlo. Al llegar al pueblo se dirigió a la casa de su novia, que era en aquel día un calvario de lágrimas, donde todos los familiares, lloraban sin consuelo, todos los allí presentes se les notaban las lágrimas que fluían sin ver el final de aquel drama. El joven fue abrazado por los padres de la que el pensaba hacer su mujer en próximas fechas, Los corazones sufrían sin poder preguntar a nadie el dolor tan grande que estaban sufriendo, ya que la joven era bella y buena persona, Todos estaban con su cerebro dando vueltas aquella muerte ingrata, que nadie daba una explicación, Fueron horas muy dolorosas, y para su novio un drama de los que te atan en vida, que ya nunca olvidaría, y que le acompañaría hasta el día de su muerte, muchos años después. El amor a veces hasta después de morir triunfa, sobre todo si el amor es de verdad. G X Cantalapiedra.
Han pasado más de dos siglos, y aquel joven agricultor y ganadero estaba desplazado a El Burgo de Osma, para vender unos corderos que llevaba en su carro de varas, más al estar camino del bar donde pensaba comer, sintió los ecos de unas herraduras de caballo, que montaba su padre, que con prisa le decía, para el carro, y súbete en esta montura, para que vuelvas a nuestro pueblo, tu novia acaba de fallecer de un fallo del corazón, El joven se quedó perplejo, no sabia si llorar o gritar en aquella calle del Burgo, donde sin tardar ni un minuto salió corriendo en dirección a su pueblo. En el camino el caballo galopaba y de vez en cuando caminaba al paso, pero los ojos del joven eran una fuente de lágrimas, el joven aquel pensaba, se me han roto todas mis ilusiones, no encuentro razones para tan mala fatalidad, Fueron más de dos horas de camino sobre aquel caballo, que soltaba sudor y su pelo medio marrón parecía blanco del esfuerzo, Aunque dicho caballo parecía haber entendido tan desagradable noticia, y en sus ojos se notaban como lagrimas pesarosas de aquel día, que ya seria terrible el recordarlo. Al llegar al pueblo se dirigió a la casa de su novia, que era en aquel día un calvario de lágrimas, donde todos los familiares, lloraban sin consuelo, todos los allí presentes se les notaban las lágrimas que fluían sin ver el final de aquel drama. El joven fue abrazado por los padres de la que el pensaba hacer su mujer en próximas fechas, Los corazones sufrían sin poder preguntar a nadie el dolor tan grande que estaban sufriendo, ya que la joven era bella y buena persona, Todos estaban con su cerebro dando vueltas aquella muerte ingrata, que nadie daba una explicación, Fueron horas muy dolorosas, y para su novio un drama de los que te atan en vida, que ya nunca olvidaría, y que le acompañaría hasta el día de su muerte, muchos años después. El amor a veces hasta después de morir triunfa, sobre todo si el amor es de verdad. G X Cantalapiedra.