AQUEL REY MORO MANDABA
Aquel Rey moro mandaba
construir fuertes murallas,
una Atalaya admirada
para evitar las batallas.
El Rey moro declinaba
que sus súbditos guerreros
fueran gente que clamaba
por tener grandes graneros.
El Ucero de testigo,
y el Abión medio atento,
la guerra no era un castigo
pero si un grave tormento.
El Rey moro paseando
por entre los pinos presos,
Uxama siempre mirando
a los temidos suspensos.
Eran tiempos medievales,
donde los pueblos guerreros,
vieron sus sueños normales
buscando siempre dineros.
Tardes morunas de Uxama,
Atalaya de sombrero,
cuando la PAZ se reclama
no se precisa embustero.
Lanzas que fueron proclamas,
espadas de puro acero,
a veces se vieron llamas
que no vinieron del Duero.
Las tierras siguen guardando
el más temido recuerdo,
los moros fueron marchando
y el cristiano anduvo cuerdo.
Atalaya musulmana
que recibe fuertes vientos,
Uxama sueña un mañana
que no tenga sufrimientos.
G X Cantalapiedra.
Aquel Rey moro mandaba
construir fuertes murallas,
una Atalaya admirada
para evitar las batallas.
El Rey moro declinaba
que sus súbditos guerreros
fueran gente que clamaba
por tener grandes graneros.
El Ucero de testigo,
y el Abión medio atento,
la guerra no era un castigo
pero si un grave tormento.
El Rey moro paseando
por entre los pinos presos,
Uxama siempre mirando
a los temidos suspensos.
Eran tiempos medievales,
donde los pueblos guerreros,
vieron sus sueños normales
buscando siempre dineros.
Tardes morunas de Uxama,
Atalaya de sombrero,
cuando la PAZ se reclama
no se precisa embustero.
Lanzas que fueron proclamas,
espadas de puro acero,
a veces se vieron llamas
que no vinieron del Duero.
Las tierras siguen guardando
el más temido recuerdo,
los moros fueron marchando
y el cristiano anduvo cuerdo.
Atalaya musulmana
que recibe fuertes vientos,
Uxama sueña un mañana
que no tenga sufrimientos.
G X Cantalapiedra.