LOS CABALLOS DEL DEMONIO
Están sonando herraduras
por las veredas del viento,
oigo gritos de locuras
que parecen sufrimiento.
Son caballos desbocados
que los llevan los demonios,
entre relinchos forzados
van buscando manicomios.
Caballos con grandes clines
que parecen volanderos,
no sé si sabrán sus fines
entre gestos traicioneros.
Por el Puente del Suicida
con herraduras de fuego,
iban buscando salida
sin precisar ningún pliego.
Por las canteras de piedra
el cielo se puso negro,
una ardilla entre la hiedra
la vi leyendo un letrero.
Caballos de galopada
iban deslizando fuego,
en la fría madrugada
el olor era de espliego.
El Ucero se impacienta
con sus pozos traga suelos,
y algún caballo revienta
queriendo lograr consuelos.
Caballos que dan locuras
que nada saben del cielo,
crecieron entre diabluras
sin tener jamás un velo.
Dicen que vienen volando
los caballos del infierno,
“Dios mío que está pasando
con tanto dolor eterno”.
G X Cantalapiedra.
Están sonando herraduras
por las veredas del viento,
oigo gritos de locuras
que parecen sufrimiento.
Son caballos desbocados
que los llevan los demonios,
entre relinchos forzados
van buscando manicomios.
Caballos con grandes clines
que parecen volanderos,
no sé si sabrán sus fines
entre gestos traicioneros.
Por el Puente del Suicida
con herraduras de fuego,
iban buscando salida
sin precisar ningún pliego.
Por las canteras de piedra
el cielo se puso negro,
una ardilla entre la hiedra
la vi leyendo un letrero.
Caballos de galopada
iban deslizando fuego,
en la fría madrugada
el olor era de espliego.
El Ucero se impacienta
con sus pozos traga suelos,
y algún caballo revienta
queriendo lograr consuelos.
Caballos que dan locuras
que nada saben del cielo,
crecieron entre diabluras
sin tener jamás un velo.
Dicen que vienen volando
los caballos del infierno,
“Dios mío que está pasando
con tanto dolor eterno”.
G X Cantalapiedra.