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EL BURGO DE OSMA: CUANDO EL PERRO PODENCO TRIKI...

CUANDO EL PERRO PODENCO TRIKI
Era una mañana de esas de finales de agosto, cuando aquel perro podenco, soltó su alarido como si fuera un lobo, al ver pasar el camión de bomberos, con todas sus luces y sirenas encendidas, que asustaron a sus propios dueños, No tardo muchos días en irse de excursión a Calzada de Calatrava, Ciudad Real, y allí en su cabalgata de fiestas, al pasar la ambulancia con todas sus luces y sirena encendida, delante del perro podenco, soltó su alarido de lobo hambriento, que asustada a niños y grandes, al verle levantar la cabeza, y soltar un tremendo alarido, algunos dijeron lo mejor de la cabalgata, ese alarido que nos ha asustado. Los dueños del perro con los nietos alrededor ya sabían su condición de animal receptivo, y muy listo con sus orejas tiesas siempre hacía adelante, Este perro podenco, que le gustaban los torreznos del Burgo de Osma, donde se pasó medio verano, he hizo amigos entre sus perros, soñaba con volver a dicha ciudad, y cuando le hablaban del Burgo de Osma, ponía sus orejas tiesas, como afirmando poder volver allí. Y un día de finales de septiembre prepararon su equipaje, para hacer un viaje rápido, y así darle el gustazo al perro podenco, de poder pasearse por La Güera, al lado del Río Ucero, y cruzar el puente del Río Abión, donde aquel verano ladró a su agua todo color de barro rojo, después de una tormenta de verano. Este perro podenco llamaba la atención por donde pasaba, era un perro listo y presumido, haciendo amigos por donde quiera que pasase, y en Hoyo de Manzanares marcó sus huellas una tarde, dejando a más de cuatro perros que estaban con sus dueños tratando de cenar en la terraza del Bar Chaqueta. Más al no encontrar mesa los dueños, el perro podenco, este se enfadó, y empezó la jauría perruna a ladrar, y algunos clientes poco amigos de los perros, exclamaron. Con este podenco llego el escándalo. Que dejó a más de cuatro perros ladrando durante un buen rato. Un poco más tarde el podenco cenaba con sus dueños en el Cerrillo, donde un solo perro le miraba con miedo, mientras el podenco pedía de cenar con prisa, los calamares y patatas fritas.
Este perro podenco tiene tan solo cinco meses, pero una inteligencia perruna por encima de lo normal. G X Cantalapiedra.