EL VIENTO DEL OTOÑO
Como buscando disculpas
por el verano caliente,
el otoño busca culpas
sin calentar a la gente.
Están corriendo los vientos
por esas calles preciosas,
donde se ven sentimientos
aunque queden pocas rosas.
Los árboles se desnudan
entre prisas otoñales,
mientras las ropas abrigan
con sus formas naturales.
Los ríos marcan sus señas
de ser corrientes normales,
y los álamos se empeñan
en ver campos especiales.
El Ucero va marcando
esa corriente tranquila,
y el Abión va dejando
lo que el otoño perfila.
Las murallas ven reflejos
del tiempo que tiene inquina,
existen caminos viejos
que suben por la colina.
El Burgo tiene sus sombras
por la más lejana esquina
al verlas lejos te asombras
en la tarde más divina.
Vientos que corren con prisa
por el camino a La Güera,
mientras sentimos la brisa
del frío que nos espera.
Corren vientos desgarrados
por las más preciadas cimas,
que parecen castigados
al ver que cambian los climas.
G X Cantalapiedra.
Como buscando disculpas
por el verano caliente,
el otoño busca culpas
sin calentar a la gente.
Están corriendo los vientos
por esas calles preciosas,
donde se ven sentimientos
aunque queden pocas rosas.
Los árboles se desnudan
entre prisas otoñales,
mientras las ropas abrigan
con sus formas naturales.
Los ríos marcan sus señas
de ser corrientes normales,
y los álamos se empeñan
en ver campos especiales.
El Ucero va marcando
esa corriente tranquila,
y el Abión va dejando
lo que el otoño perfila.
Las murallas ven reflejos
del tiempo que tiene inquina,
existen caminos viejos
que suben por la colina.
El Burgo tiene sus sombras
por la más lejana esquina
al verlas lejos te asombras
en la tarde más divina.
Vientos que corren con prisa
por el camino a La Güera,
mientras sentimos la brisa
del frío que nos espera.
Corren vientos desgarrados
por las más preciadas cimas,
que parecen castigados
al ver que cambian los climas.
G X Cantalapiedra.