CUANDO UN PERRO PODENCO DESTACA
Hay perros que destacan desde que nacen, y otros perros van destacando con el paso de los años, Un día un perro podenco nacido en Madrid, que lloraba al verse sin su madre al lado, este perro podenco que empezó a comer bien desde su nacimiento, se empezó a verse bonito y elegante, su pelo color marrón claro, de daban una categoría especial, ya en su barrio de Madrid antes del verano, muchos aficionados a tratar con perros le acariciaban, y el podenco se dejaba querer, con los calores del mes de junio el podenco se fue a la sierra de Madrid, digamos a Hoyo de Manzanares, donde empezó a sentirse aún más guapo, y ser la envidia de muchos niños, al ver que le llevaban con su cadena, dos niños de nueve y diez y años, y presumía hasta en el campo de tenis, cogiendo pelotas, sin tardar mucho tiempo el podenco, se marchó de vacaciones a la bonita ciudad del Burgo de Osma, donde empezó a jugar con diferentes perros, pero el que más le agradaba era uno llamado Trigo, del que se sentía unido en carreras y demás paseos, siendo en el Burgo de Osma, donde empezó a conocer los buenos torreznos, en la zona del tapeo, Calle Mayor y Plaza de los Cacharros. El podenco se dejaba notar por las calles del Burgo, y tanto llego a querer al Burgo que, llevándole de vuelta a Madrid, monto el escándalo entre dicha Ciudad y San Esteban de Gormaz. Donde la dueña tuvo que acompañarle para que se callara, A la vuelta a los dos días, hacia El Burgo, al ver la flamante Torre de La Catedral, se lleno de alegría, y ladraba mirando a las murallas, como quien se encuentra con su mejor tesoro. Fueron días inolvidables, el podenco llamado Triki, el hijo de la dueña vino para llevársele de nuevo a Hoyo de Manzanares, y después a Madrid, donde empezó a visitar la jauría perruna del Bosque, donde en pocos días era un líder corriendo entre sus árboles, en aquel grupo de personas que se juntaban más de quince perros, que amigablemente, corrían detrás del podenco, como si se tratara de una carrera de canódromo, Triki se dejaba querer, y demostraba su fuerza de perro cazador, que aquel grupo la mayoría no eran cazadores, si no perros de compañía, que veían en el podenco un aire nuevo de juventud perruna. Que continue el buen rollo, entre perros y sus dueños. G X Cantalapiedra.
Hay perros que destacan desde que nacen, y otros perros van destacando con el paso de los años, Un día un perro podenco nacido en Madrid, que lloraba al verse sin su madre al lado, este perro podenco que empezó a comer bien desde su nacimiento, se empezó a verse bonito y elegante, su pelo color marrón claro, de daban una categoría especial, ya en su barrio de Madrid antes del verano, muchos aficionados a tratar con perros le acariciaban, y el podenco se dejaba querer, con los calores del mes de junio el podenco se fue a la sierra de Madrid, digamos a Hoyo de Manzanares, donde empezó a sentirse aún más guapo, y ser la envidia de muchos niños, al ver que le llevaban con su cadena, dos niños de nueve y diez y años, y presumía hasta en el campo de tenis, cogiendo pelotas, sin tardar mucho tiempo el podenco, se marchó de vacaciones a la bonita ciudad del Burgo de Osma, donde empezó a jugar con diferentes perros, pero el que más le agradaba era uno llamado Trigo, del que se sentía unido en carreras y demás paseos, siendo en el Burgo de Osma, donde empezó a conocer los buenos torreznos, en la zona del tapeo, Calle Mayor y Plaza de los Cacharros. El podenco se dejaba notar por las calles del Burgo, y tanto llego a querer al Burgo que, llevándole de vuelta a Madrid, monto el escándalo entre dicha Ciudad y San Esteban de Gormaz. Donde la dueña tuvo que acompañarle para que se callara, A la vuelta a los dos días, hacia El Burgo, al ver la flamante Torre de La Catedral, se lleno de alegría, y ladraba mirando a las murallas, como quien se encuentra con su mejor tesoro. Fueron días inolvidables, el podenco llamado Triki, el hijo de la dueña vino para llevársele de nuevo a Hoyo de Manzanares, y después a Madrid, donde empezó a visitar la jauría perruna del Bosque, donde en pocos días era un líder corriendo entre sus árboles, en aquel grupo de personas que se juntaban más de quince perros, que amigablemente, corrían detrás del podenco, como si se tratara de una carrera de canódromo, Triki se dejaba querer, y demostraba su fuerza de perro cazador, que aquel grupo la mayoría no eran cazadores, si no perros de compañía, que veían en el podenco un aire nuevo de juventud perruna. Que continue el buen rollo, entre perros y sus dueños. G X Cantalapiedra.