BAJA EL UCERO CANTANDO
El Ucero va cantando
sus eternas melodías,
la corriente va alcanzando
muchas grandes alegrías.
Las aguas bajan deprisa
sin detenerse en los puentes,
donde reina cierta brisa
con sus fríos muy presentes.
Estos días de Los Santos
donde nadie vive ausente,
renacen algunos cantos
de una forma penitente.
Salen nombres con reclamo
entre sombras relucientes,
dicen que no existe el amo
que quiere marcar sus dientes.
Estos grises componentes
de las Animas del cielo,
son conductas inocentes
que suelen darnos consuelo.
El Ucero va cantando
en sus mañanas más frías,
hay quien dice que gritando
nos suelta los buenos días.
Puentes que marcan veredas
entre murallas preciosas,
donde los vientos se enredan
de mil formas caprichosas.
Dejar que baje el Ucero
entre nieblas tenebrosas,
puede que llegue hasta el Duero
en sus horas más dichosas.
El Burgo viene escuchando
su razón con simpatía,
y El Ucero va gritando
queriendo dar melodía.
G X Cantalapiedra.
El Ucero va cantando
sus eternas melodías,
la corriente va alcanzando
muchas grandes alegrías.
Las aguas bajan deprisa
sin detenerse en los puentes,
donde reina cierta brisa
con sus fríos muy presentes.
Estos días de Los Santos
donde nadie vive ausente,
renacen algunos cantos
de una forma penitente.
Salen nombres con reclamo
entre sombras relucientes,
dicen que no existe el amo
que quiere marcar sus dientes.
Estos grises componentes
de las Animas del cielo,
son conductas inocentes
que suelen darnos consuelo.
El Ucero va cantando
en sus mañanas más frías,
hay quien dice que gritando
nos suelta los buenos días.
Puentes que marcan veredas
entre murallas preciosas,
donde los vientos se enredan
de mil formas caprichosas.
Dejar que baje el Ucero
entre nieblas tenebrosas,
puede que llegue hasta el Duero
en sus horas más dichosas.
El Burgo viene escuchando
su razón con simpatía,
y El Ucero va gritando
queriendo dar melodía.
G X Cantalapiedra.