CUANDO LAS MURALLAS LLORAN
Hay momentos en la vida que revisas la distancia, y ves tu ruta perdida repleta de extravagancia. Son recuerdos del pasado que quieren saber de historia, con el sueño desbordado que parecer ser la noria. Cuando las murallas lloran con sus piedras milenarias, parece que a dios imploran con frases extraordinarias. El Burgo tiene murallas que parecen ser fantasmas, donde surgieron batallas con fuegos y ciertas llamas. Murallas que son testigos de ver llegar la batalla, nadie comenta castigos ni nos habla de metralla. La tarde viene corriendo, la noche no da esperanza, el ambiente va fingiendo ser una penosa danza. Hay clamores que resuenan, con lamentos rompe calmas, y palabras que envenenan a muchas preciosas almas. Dicen que ladran los perros, y que el Ucero se calla, a veces se ven los hierros de la gente que avasalla. Están llorando murallas viendo frases horrorosas, hoy apenas se ven vallas en las noches temblorosas. Los álamos del camino hacen surgir la esperanza, siendo serio su destino nadie reclama bonanza. El frío corre las calles con sus ráfagas heladas, son terribles los detalles que ven su casas cerradas. Este frío temeroso que corre sin ser amable pudiera ser vanidoso y a veces incontrolable. Ráfagas de medianoche, incluso en los soportales, nadie puede echar el broche en estos ratos fatales. Vienen ladrando los perros sin pisar nunca la calle, existen penosos hierros con su maldito detalle, Frío que rompe delicias, sombras que son revocables, nadie suelte sus primicias en las noches impecables. G X Cantalapiedra.
Hay momentos en la vida que revisas la distancia, y ves tu ruta perdida repleta de extravagancia. Son recuerdos del pasado que quieren saber de historia, con el sueño desbordado que parecer ser la noria. Cuando las murallas lloran con sus piedras milenarias, parece que a dios imploran con frases extraordinarias. El Burgo tiene murallas que parecen ser fantasmas, donde surgieron batallas con fuegos y ciertas llamas. Murallas que son testigos de ver llegar la batalla, nadie comenta castigos ni nos habla de metralla. La tarde viene corriendo, la noche no da esperanza, el ambiente va fingiendo ser una penosa danza. Hay clamores que resuenan, con lamentos rompe calmas, y palabras que envenenan a muchas preciosas almas. Dicen que ladran los perros, y que el Ucero se calla, a veces se ven los hierros de la gente que avasalla. Están llorando murallas viendo frases horrorosas, hoy apenas se ven vallas en las noches temblorosas. Los álamos del camino hacen surgir la esperanza, siendo serio su destino nadie reclama bonanza. El frío corre las calles con sus ráfagas heladas, son terribles los detalles que ven su casas cerradas. Este frío temeroso que corre sin ser amable pudiera ser vanidoso y a veces incontrolable. Ráfagas de medianoche, incluso en los soportales, nadie puede echar el broche en estos ratos fatales. Vienen ladrando los perros sin pisar nunca la calle, existen penosos hierros con su maldito detalle, Frío que rompe delicias, sombras que son revocables, nadie suelte sus primicias en las noches impecables. G X Cantalapiedra.