CUANDO EL FRÍO SE NOTA EN EL BURGO
Esas tardes de cielo nublado, esas noches que el pelo nos flota, ese tiempo que se ha equivocado ese viento que siempre se nota.
En El Burgo se sufre el invierno con los hielos que dejan sus fríos, hay quien dice que el frío es eterno y se nota que existen dos ríos. Las heladas se vienen encima como sombras que son trasparentes, hay quien dice que es penoso su clima y que tienen escarchas perennes. Las blancuras del suelo son fríos que arremeten deprisa en la gente, si caminas buscando los ríos eres hombre y a la vez penitente. Cuando el frío se nota en la cara, muchas gentes le llaman relente, esas noches que nunca son raras son lecturas que vive la mente. En las noches de vientos helados las murallas se sienten despiertas, con paisajes que siguen marcados sin hablar de las puertas abiertas. Corren vientos que son desgarrados, vuelan ecos de sueños presentes, hay caminos que son enmarcados y que anulan los nombres ausentes. El Ucero se llena de frío, en las noches que son temerarias, es posible que siga algún río entre gentes que son solidarias. Escuchando la voz de la Luna, en el Burgo renace esperanza, muchas gentes presumen de cuna y quisieran gozar de balanza. Las murallas detienen el viento, y las calles nos dejan templanza, en el Burgo se ve sufrimiento, con las gentes pisando su plaza. Viene el viento del norte con fuerza, es posible que rompa muralla, ayer tarde sentí la nobleza sin que exista de nuevo batalla. Los caminos del frío se cierran con sonidos de bella esperanza, es posible que crucemos el río sin notar de sufrir la balanza. G X Cantalapiedra.
Esas tardes de cielo nublado, esas noches que el pelo nos flota, ese tiempo que se ha equivocado ese viento que siempre se nota.
En El Burgo se sufre el invierno con los hielos que dejan sus fríos, hay quien dice que el frío es eterno y se nota que existen dos ríos. Las heladas se vienen encima como sombras que son trasparentes, hay quien dice que es penoso su clima y que tienen escarchas perennes. Las blancuras del suelo son fríos que arremeten deprisa en la gente, si caminas buscando los ríos eres hombre y a la vez penitente. Cuando el frío se nota en la cara, muchas gentes le llaman relente, esas noches que nunca son raras son lecturas que vive la mente. En las noches de vientos helados las murallas se sienten despiertas, con paisajes que siguen marcados sin hablar de las puertas abiertas. Corren vientos que son desgarrados, vuelan ecos de sueños presentes, hay caminos que son enmarcados y que anulan los nombres ausentes. El Ucero se llena de frío, en las noches que son temerarias, es posible que siga algún río entre gentes que son solidarias. Escuchando la voz de la Luna, en el Burgo renace esperanza, muchas gentes presumen de cuna y quisieran gozar de balanza. Las murallas detienen el viento, y las calles nos dejan templanza, en el Burgo se ve sufrimiento, con las gentes pisando su plaza. Viene el viento del norte con fuerza, es posible que rompa muralla, ayer tarde sentí la nobleza sin que exista de nuevo batalla. Los caminos del frío se cierran con sonidos de bella esperanza, es posible que crucemos el río sin notar de sufrir la balanza. G X Cantalapiedra.