CUANDO LAS PESTES NO SE CONOCEN
Me contaron un buen día que un pastor con su familia entera, era dueño de una casa de campo, alejada del Burgo de Osma, como a unos 10, kilómetros, al enterarse de que una peste venía matando a muchas personas, y haciendo estragos por todo Europa, recogió a toda su familia y con su carro de varas y un burro, salieron para dicho lugar, en esa casa de campo existía un horno, y el hombre con sus ovejas y corderos, llevaba diariamente la leche para toda la familia, incluso hicieron queso, apenas la familia tuvo contacto con alguna persona, durante medio año, ya que vivieron de sus propios medios, en aquella casa de campo su luz era un farol, y la leña de enebros y pinos les calentó ese tiempo, fue una época de medio año, sin saber cómo marchaba el mundo, y sin exponerse a coger dicha peste negra, parece ser que un buen día se presentó en su casa un cuñado, para avisarle que el peligro grande había desaparecido, y el hombre y su familia volvieron al Burgo a su domicilio de siempre, Los vecinos extrañados no sabían nada de su vida actual, más fueron recibidos casi como héroes ante tan grave situación. Su vuelta a la normalidad fue rápidamente conseguida, ya que ninguno de la familia paso dicha peste. Parece ser que, en esta última pandemia, hubo también personas que se apartaron de las ciudades y localidades grandes, para evitar dichos contagios, siempre existieron pestes llamadas negras, y pueblos que fueron quemados al abandonarles sus habitantes vivos, y sin saber mucho de medicina, en algunos lugares fueron los cadáveres quemados, para evitar contagios, Siempre el ser humano ha tendido a salvarse de estos baches que nos da la vida.
G X Cantalapiedra.
Me contaron un buen día que un pastor con su familia entera, era dueño de una casa de campo, alejada del Burgo de Osma, como a unos 10, kilómetros, al enterarse de que una peste venía matando a muchas personas, y haciendo estragos por todo Europa, recogió a toda su familia y con su carro de varas y un burro, salieron para dicho lugar, en esa casa de campo existía un horno, y el hombre con sus ovejas y corderos, llevaba diariamente la leche para toda la familia, incluso hicieron queso, apenas la familia tuvo contacto con alguna persona, durante medio año, ya que vivieron de sus propios medios, en aquella casa de campo su luz era un farol, y la leña de enebros y pinos les calentó ese tiempo, fue una época de medio año, sin saber cómo marchaba el mundo, y sin exponerse a coger dicha peste negra, parece ser que un buen día se presentó en su casa un cuñado, para avisarle que el peligro grande había desaparecido, y el hombre y su familia volvieron al Burgo a su domicilio de siempre, Los vecinos extrañados no sabían nada de su vida actual, más fueron recibidos casi como héroes ante tan grave situación. Su vuelta a la normalidad fue rápidamente conseguida, ya que ninguno de la familia paso dicha peste. Parece ser que, en esta última pandemia, hubo también personas que se apartaron de las ciudades y localidades grandes, para evitar dichos contagios, siempre existieron pestes llamadas negras, y pueblos que fueron quemados al abandonarles sus habitantes vivos, y sin saber mucho de medicina, en algunos lugares fueron los cadáveres quemados, para evitar contagios, Siempre el ser humano ha tendido a salvarse de estos baches que nos da la vida.
G X Cantalapiedra.