VIENTOS QUE VIENEN DE LA GALIANA
Estos vientos desgarrados
que barren las carreteras,
me parecen despiadados
y más si dejan cegueras.
Fríos que llegan volando
dañando noches enteras,
los cuerpos lo van notando
sin ser gentes plañideras.
Arriba de La Galiana
es la noche traicionera,
lo mismo que la mañana
si la niebla desespera.
El Ucero va marcando
su paso por estas tierras,
y el viento vino dejando
soledades que te entierran.
El viento silba en la noche,
más la noche no se enreda,
a veces hace el reproche
de ver el campo con veda.
La corriente del Ucero
siente silbar ese viento,
y dicen que el Río Duero
no le teme al sufrimiento.
El viento llegó dañando
los pinos más altaneros,
la lluvia puede ir calando
a gestos aventureros.
El Burgo mira sus puentes
con corrientes muy crecidas,
luego notas alicientes
sobre murallas sentidas.
G X Cantalapiedra.
Estos vientos desgarrados
que barren las carreteras,
me parecen despiadados
y más si dejan cegueras.
Fríos que llegan volando
dañando noches enteras,
los cuerpos lo van notando
sin ser gentes plañideras.
Arriba de La Galiana
es la noche traicionera,
lo mismo que la mañana
si la niebla desespera.
El Ucero va marcando
su paso por estas tierras,
y el viento vino dejando
soledades que te entierran.
El viento silba en la noche,
más la noche no se enreda,
a veces hace el reproche
de ver el campo con veda.
La corriente del Ucero
siente silbar ese viento,
y dicen que el Río Duero
no le teme al sufrimiento.
El viento llegó dañando
los pinos más altaneros,
la lluvia puede ir calando
a gestos aventureros.
El Burgo mira sus puentes
con corrientes muy crecidas,
luego notas alicientes
sobre murallas sentidas.
G X Cantalapiedra.