CUANDO LAS MURALLAS GUARDABAN
Eran tiempos de fuertes defensas, donde las ciudades se jugaban en el día a día su verdadera libertad, cuando cualquier pueblo invasor quería dominar a otro, sus defensores sabían de sobra, que podrían ser aniquilados, y como poco pasar a ser esclavos, y sus mujeres obligadas a perder su dignidad a la fuerza, incluso era una forma de impedir pestes negras, al tener sus puertas cerradas, y así obligaban a pagar sus impuestos a todos los mercaderes que allí querían vender sus mercancías, Eran tiempos que las murallas eran el mejor parapeto, todos los vecinos colaboraban en la defensa de esa ciudad, que a veces daba cobijo a las gentes de las poblaciones de al lado, si es que no pertenecían al conde o marques que dominaba por completo esa ciudad amurallada. Fueron siglos de verdaderas defensas, luego con las armas de fuego decayeron sus probabilidades de seguir siendo un arma de dar tranquilidad a esa población que rodeaba. Hoy en día con la aviación no serviría para gran cosa, ya que no serían eficaces sus piedras, Más siguen siendo una verdadera joya, si se siguen cuidando y respetando, El Burgo de Osma como otras ciudades castellanas han mantenido sus murallas en pie, aunque a veces con atrocidades sobre sus piedras, dejando construir viviendas sobre dichas murallas. Y en algunas murallas no solo en esa ciudad se usaban las piedras para nuevas construcciones. Hoy las ciudades amuralladas todas tienen su buen concepto de ser su historia fundamental, y ver en dichas murallas como las gentes antiguas de allí supieron hacer esa gran defensa. Cuando me paseo por el lado del Río Ucero junto a la muralla, mi pensamiento se carga de años atrás, y siento como si fuera un lugar impenetrable para el enemigo que intentaba dominar ese lugar fabuloso, La historia siempre la contaban los vencedores, aunque algunas veces si alguien tenía la oportunidad de salir airoso de dicha batalla, pudo contar las barbaridades de los ocupantes invasores. Que siempre dejaban mucho que desear. G X Cantalapiedra.
Eran tiempos de fuertes defensas, donde las ciudades se jugaban en el día a día su verdadera libertad, cuando cualquier pueblo invasor quería dominar a otro, sus defensores sabían de sobra, que podrían ser aniquilados, y como poco pasar a ser esclavos, y sus mujeres obligadas a perder su dignidad a la fuerza, incluso era una forma de impedir pestes negras, al tener sus puertas cerradas, y así obligaban a pagar sus impuestos a todos los mercaderes que allí querían vender sus mercancías, Eran tiempos que las murallas eran el mejor parapeto, todos los vecinos colaboraban en la defensa de esa ciudad, que a veces daba cobijo a las gentes de las poblaciones de al lado, si es que no pertenecían al conde o marques que dominaba por completo esa ciudad amurallada. Fueron siglos de verdaderas defensas, luego con las armas de fuego decayeron sus probabilidades de seguir siendo un arma de dar tranquilidad a esa población que rodeaba. Hoy en día con la aviación no serviría para gran cosa, ya que no serían eficaces sus piedras, Más siguen siendo una verdadera joya, si se siguen cuidando y respetando, El Burgo de Osma como otras ciudades castellanas han mantenido sus murallas en pie, aunque a veces con atrocidades sobre sus piedras, dejando construir viviendas sobre dichas murallas. Y en algunas murallas no solo en esa ciudad se usaban las piedras para nuevas construcciones. Hoy las ciudades amuralladas todas tienen su buen concepto de ser su historia fundamental, y ver en dichas murallas como las gentes antiguas de allí supieron hacer esa gran defensa. Cuando me paseo por el lado del Río Ucero junto a la muralla, mi pensamiento se carga de años atrás, y siento como si fuera un lugar impenetrable para el enemigo que intentaba dominar ese lugar fabuloso, La historia siempre la contaban los vencedores, aunque algunas veces si alguien tenía la oportunidad de salir airoso de dicha batalla, pudo contar las barbaridades de los ocupantes invasores. Que siempre dejaban mucho que desear. G X Cantalapiedra.