EL UCERO SE SIENTE PENITENTE
El Ucero se siente penitente
entre brisas que anulan madrugadas,
hay quien dice que brilla su corriente
en jornadas que vienen congeladas.
Los álamos respiran el silencio
de murallas que siguen muy marcadas,
nadie quiere sentirse nunca el necio
mientras llegan las noches escarchadas.
Las noches congeladas van llegando,
y comentan que habrá lluvias deseadas,
mientras tanto las hojas van volando
con tinieblas de noches marginadas.
Las campanas nos piden penitencia
entre sombras de noches muy cerradas.
los enfermos abrazan la paciencia
presintiendo sus vidas mejoradas.
El Ucero se siente penitente
esperando sus noches mal soñadas,
con el mito que sigue muy presente
de gozar de esas noches anheladas.
El Ucero reluce sin tormenta
entre nubes que marcan las templanzas,
cuando el frío quizá se nos presenta
es terrible pensar en las tardanzas.
Las murallas se sienten deprimidas
esas noches de frío, e ignorancia,
en El Burgo se ven noches sufridas
sin hablarnos jamás de la arrogancia.
G X Cantalapiedra.
El Ucero se siente penitente
entre brisas que anulan madrugadas,
hay quien dice que brilla su corriente
en jornadas que vienen congeladas.
Los álamos respiran el silencio
de murallas que siguen muy marcadas,
nadie quiere sentirse nunca el necio
mientras llegan las noches escarchadas.
Las noches congeladas van llegando,
y comentan que habrá lluvias deseadas,
mientras tanto las hojas van volando
con tinieblas de noches marginadas.
Las campanas nos piden penitencia
entre sombras de noches muy cerradas.
los enfermos abrazan la paciencia
presintiendo sus vidas mejoradas.
El Ucero se siente penitente
esperando sus noches mal soñadas,
con el mito que sigue muy presente
de gozar de esas noches anheladas.
El Ucero reluce sin tormenta
entre nubes que marcan las templanzas,
cuando el frío quizá se nos presenta
es terrible pensar en las tardanzas.
Las murallas se sienten deprimidas
esas noches de frío, e ignorancia,
en El Burgo se ven noches sufridas
sin hablarnos jamás de la arrogancia.
G X Cantalapiedra.