EL OTOÑO INVADE EL RÍO UCERO
Hay sombras que van marchando sin tener pena ni gloria, y otras que se van volando sin poder hacer historia. Viene el otoño invadiendo esas praderas dichosas, que pudieran ir sintiendo estas horas tenebrosas. Los álamos van soltando sus hojas con fuerte viento, mientras seguimos pensando si perdieron bien su aliento. Miro los juncos sin prisa al ver que siguen atentos, al sufrir la fría brisa de otros tiempos sin inventos. El otoño viene fuerte con sus merecidas sombras, hay quien nos habla de muerte mientras al pensar te asombras. El Ucero va dejando sus huellas por el camino, su sonido va llegando al más torpe desatino. El Burgo sigue mirando a ese Río complaciente, que dicen que va alegrando el destino de su gente. Las praderas siguen verdes en estas frías mañanas, más hay sitios que te pierdes mientras suenan las campanas. El Ucero va marcando muchas tristes soledades, de personas que clamando quisieran decir verdades. El otoño va dejando muchas lluvias a raudales, mientras vamos comprobando que existen calamidades. En este otoño burguense afloran melancolías, que pudieran ser suspense de los más sufridos días. Cruzo puentes y laderas como buscando la vida, que puede ser primavera sobre esta tierra querida. El Ucero va crecido por estos campos de Soria, su caminar sigue erguido para alegrar la memoria. Dejar que el otoño aflore con sus verdes otoñadas, mientras el campo decore como en épocas pasadas. El Burgo de Osma presiente los verdes de la esperanza, que pueden dar aliciente haciendo a la Rueda danza.
G X Cantalapiedra.
Hay sombras que van marchando sin tener pena ni gloria, y otras que se van volando sin poder hacer historia. Viene el otoño invadiendo esas praderas dichosas, que pudieran ir sintiendo estas horas tenebrosas. Los álamos van soltando sus hojas con fuerte viento, mientras seguimos pensando si perdieron bien su aliento. Miro los juncos sin prisa al ver que siguen atentos, al sufrir la fría brisa de otros tiempos sin inventos. El otoño viene fuerte con sus merecidas sombras, hay quien nos habla de muerte mientras al pensar te asombras. El Ucero va dejando sus huellas por el camino, su sonido va llegando al más torpe desatino. El Burgo sigue mirando a ese Río complaciente, que dicen que va alegrando el destino de su gente. Las praderas siguen verdes en estas frías mañanas, más hay sitios que te pierdes mientras suenan las campanas. El Ucero va marcando muchas tristes soledades, de personas que clamando quisieran decir verdades. El otoño va dejando muchas lluvias a raudales, mientras vamos comprobando que existen calamidades. En este otoño burguense afloran melancolías, que pudieran ser suspense de los más sufridos días. Cruzo puentes y laderas como buscando la vida, que puede ser primavera sobre esta tierra querida. El Ucero va crecido por estos campos de Soria, su caminar sigue erguido para alegrar la memoria. Dejar que el otoño aflore con sus verdes otoñadas, mientras el campo decore como en épocas pasadas. El Burgo de Osma presiente los verdes de la esperanza, que pueden dar aliciente haciendo a la Rueda danza.
G X Cantalapiedra.