Que grandeza, que majestuosidad, que limpieza, que silencio. No hay bloques de piso en cien kms a la redonda. No hay turistas. Aqui solo vienen viajeros. Qué aventura, qué aire más limpio, que horizonte tan grandioso, que de angulos, que de luces, que de dioses rondando por las esquinas, y que de agua, que de vino, que abandono, que amaneceres, que puestas, que nostalgia. Gormaz, en una palabra.