SOMBRAS DE VIEJAS HISTORIAS
Aquella noche del mes de agosto, cuando soñamos con libertad, fuimos curiosos sin ver el rostro que ciertas cumbres suelen guardar. Cuando los grillos lanzan sus ecos, y se presiente la soledad, miras al cielo por ver verdades, sin ver los signos de claridad. En los lugares llenos de historia, donde buscamos la inmensidad, vuelves la vista sin ver la gloria, trazas memoria de vanidad. Han pasado 50, años de aquella noche de turbios velos, viendo peldaños que no son celos, cuando sentimos como es callar, hoy que la vida te da consuelos, y el horizonte te hace pensar. Fueron caminos casi olvidados, en un destino de fracasar, hoy solo quedan ciertos recuerdos, de aquellos años de conquistar. Con un Castillo de Fortaleza, donde pasaron los musulmanes, luego cristianos muchos y a pares, dando sentido a su libertad, Gormaz le llaman sin un renombre, lugar que es sitio de visitar, tiene recuerdos que fueron gloria, con una cima llena de paz. La noche es negra mirando al Duero, ves en el cielo la inmensidad, tienes un pueblo que guarda el celo, de algunas huellas de vanidad. Gormaz le llaman a todas luces, con sus murallas de venerar, el tiempo pasa quedando sombras de oscuridad. Son los misterios de otra cultura, que solo el tiempo puede borrar, las piedras viejas siguen erguidas, con esas puertas de vanidad. La noche negra tiende su manto, sobre la cima no hay claridad, miras al Duero que va cantando su romancero que hay que escuchar. Cuando la noche tiende su manto entre las sombras de oscuridad, parece el viento que lance llanto con un sistema de eternidad. Gormaz marcando mucho silencio, Gormaz si quiere siempre enseñar, en su cultura no ves desprecio solo la mente quiere pensar. La larga noche te da suspiros entre los ecos de algún cantar, miras al Duero que entre sus giros tuvo lecciones de humanidad. Gormaz cuantas leyendas, cuantos suspiros pueden quedar, en estos años coge las riendas de ese Castillo que hay que cuidar. Los musulmanes vienen altivos por ver sus piedras como estarán, ellos a veces dan adjetivos cumpliendo señas que apuntaran. Gormaz de noche siente las brisas que desde el valle suelen volar, sus sentimientos también se eclipsan al ver misterios de eternidad. Piedra tras piedra son las leyendas de muchos años de transitar, en esta historia no valen vendas y mucho menos poder callar. Pozos que dicen llegar al Duero, con señas ciertas de identidad, Gormaz se siente más verdadero cuando le grita la oscuridad. Aquella noche del mes de agosto cuando los grillos suelen cantar, algunos hombres vieron su rostro sin ser camino de conquistar. La noche negra marca destino, sin un programa de claridad, era una noche sin beber vino aunque existiera fraternidad. Tan solo el viento nos animaba con el silencio en la oscuridad, algo en la vida que nos mostraba ver otro mundo sin vanidad. Brillaba el cielo de mil colores, entre las gestas para olvidar, era camino sin ver amores donde la vista puede llorar. Fortaleza de templanza, un Castillo medieval, si temes luchar con lanza no es un camino a pisar. Piedras que dejan sus huellas, templarios de conquistar, en el cielo las estrellas puede que quieran mirar. Las sombras de madrugada, tienen mucho que contar, no existe senda encantada la que pudieras pisar. Un Castillo Fortaleza que le llamaron Gormaz, la noche quita pereza pero puede ser fatal. Los caminos de la vida son ejemplos nada más, algunos hacen herida si quieres volver atrás. Gormaz fecunda silencio en sus noches tenebrosas, nadie puede poner precio si ves sombras horrorosas. Las historias que nos cuentan llenas de mucha verdad, el pasado que alimentan pueden tener falsedad. En las orillas del Duero, cuando el sol va a calentar, vives su mundo guerrero que aquí no puede faltar. G X Cantalapiedra.
Aquella noche del mes de agosto, cuando soñamos con libertad, fuimos curiosos sin ver el rostro que ciertas cumbres suelen guardar. Cuando los grillos lanzan sus ecos, y se presiente la soledad, miras al cielo por ver verdades, sin ver los signos de claridad. En los lugares llenos de historia, donde buscamos la inmensidad, vuelves la vista sin ver la gloria, trazas memoria de vanidad. Han pasado 50, años de aquella noche de turbios velos, viendo peldaños que no son celos, cuando sentimos como es callar, hoy que la vida te da consuelos, y el horizonte te hace pensar. Fueron caminos casi olvidados, en un destino de fracasar, hoy solo quedan ciertos recuerdos, de aquellos años de conquistar. Con un Castillo de Fortaleza, donde pasaron los musulmanes, luego cristianos muchos y a pares, dando sentido a su libertad, Gormaz le llaman sin un renombre, lugar que es sitio de visitar, tiene recuerdos que fueron gloria, con una cima llena de paz. La noche es negra mirando al Duero, ves en el cielo la inmensidad, tienes un pueblo que guarda el celo, de algunas huellas de vanidad. Gormaz le llaman a todas luces, con sus murallas de venerar, el tiempo pasa quedando sombras de oscuridad. Son los misterios de otra cultura, que solo el tiempo puede borrar, las piedras viejas siguen erguidas, con esas puertas de vanidad. La noche negra tiende su manto, sobre la cima no hay claridad, miras al Duero que va cantando su romancero que hay que escuchar. Cuando la noche tiende su manto entre las sombras de oscuridad, parece el viento que lance llanto con un sistema de eternidad. Gormaz marcando mucho silencio, Gormaz si quiere siempre enseñar, en su cultura no ves desprecio solo la mente quiere pensar. La larga noche te da suspiros entre los ecos de algún cantar, miras al Duero que entre sus giros tuvo lecciones de humanidad. Gormaz cuantas leyendas, cuantos suspiros pueden quedar, en estos años coge las riendas de ese Castillo que hay que cuidar. Los musulmanes vienen altivos por ver sus piedras como estarán, ellos a veces dan adjetivos cumpliendo señas que apuntaran. Gormaz de noche siente las brisas que desde el valle suelen volar, sus sentimientos también se eclipsan al ver misterios de eternidad. Piedra tras piedra son las leyendas de muchos años de transitar, en esta historia no valen vendas y mucho menos poder callar. Pozos que dicen llegar al Duero, con señas ciertas de identidad, Gormaz se siente más verdadero cuando le grita la oscuridad. Aquella noche del mes de agosto cuando los grillos suelen cantar, algunos hombres vieron su rostro sin ser camino de conquistar. La noche negra marca destino, sin un programa de claridad, era una noche sin beber vino aunque existiera fraternidad. Tan solo el viento nos animaba con el silencio en la oscuridad, algo en la vida que nos mostraba ver otro mundo sin vanidad. Brillaba el cielo de mil colores, entre las gestas para olvidar, era camino sin ver amores donde la vista puede llorar. Fortaleza de templanza, un Castillo medieval, si temes luchar con lanza no es un camino a pisar. Piedras que dejan sus huellas, templarios de conquistar, en el cielo las estrellas puede que quieran mirar. Las sombras de madrugada, tienen mucho que contar, no existe senda encantada la que pudieras pisar. Un Castillo Fortaleza que le llamaron Gormaz, la noche quita pereza pero puede ser fatal. Los caminos de la vida son ejemplos nada más, algunos hacen herida si quieres volver atrás. Gormaz fecunda silencio en sus noches tenebrosas, nadie puede poner precio si ves sombras horrorosas. Las historias que nos cuentan llenas de mucha verdad, el pasado que alimentan pueden tener falsedad. En las orillas del Duero, cuando el sol va a calentar, vives su mundo guerrero que aquí no puede faltar. G X Cantalapiedra.